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domingo, 11 de marzo de 2012

EL GOHONZON


Su significado, Palabras e Imagen.
(Traducción de artículo publicado en la revista Living Buddhism de septiembre 2000)

El siguiente ensayo fue presentado en la Conferencia del Departamento de Estudio de la SGI-USA en el Centro de la Cultura y la Naturaleza de Florida del 21 al 23 de abril de 2000.Por Shin Yatomi, Vice-responsable del Departamento de Estudio de la SGI-USA Uno de los temas más discutidos referente a cualquier objeto religioso es si éste es sagrado representa lo sagrado. Puesto de otra forma, ¿es una personificación real o un símbolo de lo que debe ser reverenciado en el culto? Esas preguntas sobre la naturaleza de los objetos religiosos han jugado un papel importante en la historia de la religión.  La Controversia Iconoclasta en la que los Cristianos debatían los méritos de los íconos religiosos es considerada el último paso hacia el gran cisma entre la Iglesia Católica Romana y la Iglesia Griega Ortodoxa en 1054.La interpretación de la eucaristía – el pan y el vino consagrados que se utilizan en la Sagrada Comunión – ha sido otra fuente de disputa doctrinal en la iglesia cristiana desde principios de la Edad Media, especialmente durante el período de Reforma. En la trigésima tercera sesión del Concilio de Trento realizada en 1551, la Iglesia Católica Romana reafirmó su doctrina de transubstanciación, afirmando la conversión de toda la sustancia del pan y el vino en toda la sustancia del Cuerpo y la Sangre de Cristo, quedando sólo la apariencia del pan y el vino después de la consagración. Los protestantes se opusieron a este punto de vista. Por ejemplo, Martín Lutero declaró que después de la consagración, las substancias tanto del Cuerpo y la Sangre de Cristo como las del pan y el vino coexisten en unión la una con la otra. Por el contrario, Ulrich Zwingli afirmó que la Cena del Señor era básicamente un rito conmemorativo y que no había ningún cambio en los elementos fueran los que fueran. Como es evidente en la historia del cristianismo, los objetos religiosos con frecuencia desencadenan tensión y ansiedad para quienes piensan que lo divino está más allá de la expresión material. Al mismo tiempo, la gente tiende a buscar algo tangible como objeto de expresión de su devoción. Algunos consideran un símbolo de lo divino como si fuera la divinidad misma, mientras que otros reducen el significado de un objeto sagrado a un símbolo ritual sin ningún valor espiritual. De esta forma, la naturaleza de un objeto religioso con frecuencia se encuentra en el centro del debate teológico y de la confusión en muchas religiones. ¿Es el Gohonzon un símbolo o una personificación? En el caso del budismo de Nichiren Daishonin su objeto de devoción funciona como símbolo y como personificación. Cuando la gente ve el Gojonzon por primera vez, ¿qué es lo que ve? ¿A qué conclusión llega? Es un pergamino con inscripciones desconocidas, pero ¿es un icono religioso o una fórmula sagrada? Cualquiera que sea su reacción, es difícil pasar por alto los caracteres de caligrafía oriental acomodados de una forma específica; aunque la mayoría no tiene idea de lo que significan esos caracteres o de por qué están acomodados de esa forma. Como nuestra primera impresión de las cosas con frecuencia nos revela algo importante del fondo de su naturaleza, lo que la mayoría de nosotros notamos primero sobre la apariencia del Gojonzon son los caracteres escritos en él y el acomodo de estos caracteres; esto nos proporciona algunas claves sobre la intención de Nichiren Daishonin al crear este objeto de devoción.


En un sentido, el Gojonzon representa la iluminación del Daishonin y por eso representa también nuestra naturaleza inherente de Buda. El Gojonzon es un símbolo de la iluminación potencial de toda la gente; significa algo más que el pergamino en sí. Por esto el Daishonin explica a su discípulo más viejo, Abutsu-bo, el significado de su ofrenda al Gojonzon –conocido como La Torre de los Tesoros – de la siguiente forma: "Usted podrá pensar que hizo esas ofrendas a La Torre de los Tesoros del Buda Tajo, pero no es así. En realidad se las hizo a usted mismo. Abutsu-bo es un Buda Verdadero dotado de las tres propiedades iluminadas. Debe invocar Nam myojo rengue kyo con esta convicción". (Los Principales Escritos de Nichiren Daishonin, Vol. I, p 30). Aquí el Daishonin explica que cuando oramos al Gojonzon, el Gojonzon está dirigiendo nuestra atención a nuestra propia naturaleza de Buda inherente. El Gojonzon devuelve nuestra reverencia a nuestro supremo potencial interior. En este sentido el Gojonzon funciona como un indicador de nuestra budeidad; es una representación simbólica. Por lo tanto, en el pasaje anterior el Daishonin nos advierte no confundir el símbolo con el significado, el cual exteriorizará y objetivará la budeidad que realmente existe dentro de nosotros. Sin embargo, desde otra perspectiva, el Gojonzon funciona como la personificación de la iluminación del Daishonin. El Gojonzon no es intrínsecamente una entidad viviente con conciencia propia que personifica la iluminación del Daishonin, pero funciona en nuestra práctica como si lo fuera. El Daishonin explica: "Yo, Nichiren, diluí mi vida y en ella impregné la tinta sumi, con la cual inscribí este Gojonzon, por eso, crean en él con todo su corazón. La voluntad del Buda es el Sutra del Loto, pero el alma de Nichiren no es otra cosa que Nam-myojo-rengue-kyo". (LPEND, Vol. I, p.120).Cuando ponemos nuestra fe en el Gojonzon y oramos a él con el espíritu de este pasaje, el Gojonzon se transforma de un mero papel y tinta en una manifestación concreta de la iluminación del Daishonin en la realidad de nuestra consciencia. Entonces el Gojonzon funciona como un estímulo externo que llama a nuestro potencial interior de Buda. Por otro lado, nosotros sabemos que el Gojonzon es una representación simbólica de nuestra naturaleza de Buda. En nuestra práctica, por el contrario, oramos a él como si en realidad fuera la personificación de la vida iluminada del Daishonin y así vamos desarrollando la confianza de que esa misma naturaleza existe también en nuestra vida. Ver el Gojonzon como la personificación de la iluminación del Daishonin no es una creencia simplista, aunque el Gojonzon físicamente sigue siendo papel y tinta; es la afirmación de nuestra fe en la iluminación del Daishonin y en nuestro propio potencial para la iluminación. El Gojonzon en cierto sentido, sirve en ausencia del Daishonin como un ejemplo concreto de cómo obtener la iluminación. El Gojonzon en este sentido, ayuda a nuestra práctica tanto como símbolo como personificación de la iluminación. Sin embargo, debe hacerse notar que el Gojonzon como personificación de la iluminación no debe tomarse para significar la presencia misteriosa de lo divino en un objeto inanimado. El Gojonzon se convierte en la personificación de la budeidad a través de nuestra fe y nuestra práctica. En otras palabras, la importancia del Gojonzon como personificación de la budeidad del Daishonin es real y significativa únicamente hasta el punto de que el practicante ore a él con fe y visto como el ejemplo a seguir, no como una fuerza salvadora externa. El significado del Gojonzon conforme a la intención del Daishonin, en este sentido, se crea a través de la interacción dinámica entre el objeto de devoción y el devoto. Por lo tanto, el significado del Gojonzon estaría incompleto sin la fe y práctica del creyente. La Torre de los Tesoros; la Imagen del Gojonzon. El diseño del Gojonzon se remonta al origen del budismo Majayana, el cual tomó forma alrededor de principios del siglo primero en la India. Como reacción al budismo monástico,
Que enfatizaba la salvación personal a través de las austeridades, el budismo Majayana enfatizó la importancia del altruismo y el rol de los practicantes laicos (i.e. bodisatvas) para propagar las enseñanzas. Los seguidores del Majayana llamaron a su doctrina "Majayana" o "El Gran Vehículo" para llevar a la gente a la iluminación, a la vez llamaron al budismo monástico "Jinayana" o "Pequeño Vehículo". El movimiento popular Majayana se desarrolló alrededor de la veneración de stupas – montículos o torres construidas originalmente para entronizar en ellas reliquias de Sakyamuni. Después de su muerte, la cual ubican los estudiosos alrededor de los siglos cuarto o quinto antes de la era actual, sus discípulos laicos iniciaron la construcción de estas stupas, especialmente durante el reinado del Rey Asoka (268-232 AC) quien fuera el tercer regente de la dinastía Maurya y el primer rey que unificó la India. Muchos creyentes laicos se reunieron alrededor de las stupas y rindieron homenaje al Buda, quien ya estaba ausente. La popularidad de la veneración de las stupas se hace evidente en el papel central de la torre enjoyada en el Sutra del Loto, uno de los sutras del Majayana temprano, el cual se piensa fue compilado alrededor del siglo primero. El Daishonin utilizó la stupa o "Torre de los Tesoros" del Sutra del Loto como el motivo gráfico principal para inscribir el Gojonzon. Al centro del Gojonzon está escrito "Nam-myojo-rengue-kyo Nichiren", lo cual significa su despertar a la ley de Nam-myojo-rengue-kyo o iluminación. Como lo explica él, "La Torre de los Tesoros es Nam-myojo-rengue-kyo"(END 299), el Daishonin ve la torre de los tesoros representada en el Sutra del Loto como un símbolo de la naturaleza de Buda inherente en la vida de cada persona. Entonces él se dirige a uno de sus discípulos diciéndole: "…por ende, Abutsu-bo es la Torre de los Tesoros; y la Torre de los Tesoros es Abutsu-bo" (LPEND, Vol. I, p. 30).Las inscripciones a ambos lados de "Nam-myojo-rengue-kyo Nichiren" en el Gojonzon, representan la asamblea de diversos seres vivientes quienes se reúnen para escuchar la prédica de Sakyamuni como se describe en el Sutra del Loto. Algunos de ellos ni siquiera son humanos, tales como La Hija del Rey Dragón quien demuestra su iluminación. La diversidad de esta, así llamada Asamblea en el Aire en el Sutra del Loto, refleja la naturaleza de la temprana veneración de stupas, la cual no estuvo limitada a la élite de la clase sacerdotal sino que estuvo abierta a la gente de todos los estratos sociales. Estas inscripciones en el Gojonzon representan los diez estados de vida (los diez mundos):Sufrimiento intenso y desesperación (infierno), deseos insaciables (hambre), estupidez egoísta (animalidad), arrogancia y beligerancia (ira), calma transitoria (humanidad), éxtasis intenso aunque temporal (éxtasis), auto mejoramiento (aprendizaje), auto despertar a verdades parciales sobre la naturaleza y la humanidad (absorción), altruismo (bodisatva), y el estado indestructible de felicidad proveniente de la compasión y la sabiduría(iluminación). El Gojonzon muestra que cada uno de estos diez estados de existencia, cuando están firmemente basados en Nam-myojo-rengue-kyo, muestra su función más positiva para nutrir la vida y la felicidad de uno. Por ejemplo, aunque podamos encontrarnos en el estado de infierno, a través de nuestra oración al Gojonzon, nosotros podemos transformar nuestro intenso sufrimiento y desesperación en una fuente de fortaleza y esperanza para vencer nuestras dificultades. Incidentalmente, algunos aspectos rituales de nuestra práctica al Gojonzon podrían ser reminiscencias de la veneración de stupas del budismo Majayana temprano. Por ejemplo, el sonar la campana podría derivarse de las ofrendas musicales frecuentemente realizadas enfrente de una stupa. Otras ofrendas al Gojonzon pueden ser rastreadas también hasta la antigua veneración de stupas, tales como las ofrendas de flores e incienso como están representadas en el Sutra del Loto. Palabras e Imágenes: Universalidad Subjetiva
La forma de expresión que escogió el Daishonin para representar la Torre de los Tesoros, es única. Él representó la Torre de los Tesoros y la asamblea circundante de varios seres en caracteres escritos. Aunque hay ejemplos de representaciones pictóricas de la Torre de los Tesoros y objetos religiosos caligráficos anteriores al Gojonzon, la representación del Daishonin de la Torre de los Tesoros, descrita únicamente mediante caracteres escritos, resulta rara y sin precedente. Su uso de caracteres gráficos continúa poniendo el énfasis en las escrituras sagradas, conforme a la tradición budista. Después de la muerte de Sakyamuni, las stupas conteniendo sus reliquias se convirtieron en objetos de veneración entre sus seguidores laicos. Rápidamente las imágenes pictóricas y escultóricas de Sakyamuni y otros budas imaginarios, así como de bodisatvas y deidades budistas, fueron reproducidas como íconos religiosos. Más aún, especialmente en la tradición Majayana, el mayor énfasis fue puesto en los escritos sagrados, hasta el punto deque la gente veneraba literalmente los pergaminos de los textos budistas. Por ejemplo, en la India los Sutras de la Sabiduría (Skt Prajnaparamita) se convirtieron en los objetos de devoción entre muchos budistas Majayana. En relación con la importancia religiosa de las escrituras sagradas en la tradición Majayana, Jacob N. Knnard comenta:"Las reliquias y las stupas son ciertamente dignas de veneración… pero el libro es más valioso y más valorado, ya que el libro es la fuente de la sabiduría Tathagata, y consecuentemente la fuente de su logro de la iluminación, y por lo tanto la fuente del valor de las reliquias "El Daishonin también enfatiza con frecuencia el papel importante del material escrito, particularmente el Sutra del Loto. Por ejemplo, él dice: "El Sutra del Loto es tanto la enseñanza del Buda como la personificación de la sabiduría del Buda. Si uno pone una fe sincera en cada carácter y en cada pincelada, entonces uno se convierte en Buda en nuestra forma presente" (END, 969). Para refutar el Budismo Zen, el cual rechaza el rol de las escrituras budistas, el Daishonin establece: "Si uno descarta los caracteres escritos, ¿qué más podría uno apreciar como el trabajo del Buda?" (Gosho Zenshu, 380). El uso del Daishonin de los caracteres escritos como un medio para inscribir el Gojonzon, refleja su fuerte convicción en el rol del material escrito para comunicar no solo la realidad material de las cosas sino también la realidad espiritual de la humanidad. El que el Daishonin haya usado la imagen de la Torre de los Tesoros como un motivo gráfico para el Gojonzon y su uso de caracteres escritos como un medio de expresión, muestran su profunda interiorización en la naturaleza de la veneración religiosa. Él parece haber entendido cómo una imagen y un texto escrito hablan diferente a nuestra mente. Al inscribir el Gojonzon como una imagen expresada en caracteres, el Daishonin unifica la especificidad de una imagen gráfica con la universalidad de caracteres escritos para expresar la realidad de la naturaleza de Buda que es única a cada persona y simultáneamente universal a toda la gente. El aspecto subjetivo y sin embargo universal de la naturaleza de Buda es el núcleo de las enseñanzas del Daishonin, la cual promueve nuestro conocimiento del supremo potencial, no sólo en nuestra vida sino también en la vida de los demás. El Gojonzon es concreto en el sentido de que representa una imagen específica. Sin embargo no es una imagen pictórica de La Torre de los Tesoros, de Sakyamuni ni del mismo Nichiren Daishonin. Si el Gojonzon tomara esa forma, sería fácil ver el Gojonzon como una representación de la vida de alguien o de un evento ajeno a nuestra vida. Si el Gojonzon se presentara como la imagen del Daishonin, por ejemplo, nosotros podríamos respetarlo pero no nos identificaríamos con él. ¡Por el simple hecho de que nosotros no nos asemejamos aun monje del siglo trece! En vez de eso el Daishonin creó el Gojonzon en caracteres para representar la imagen específica de La Torre de los Tesoros del Sutra del Loto, que simboliza nuestra budeidad inherente. Los caracteres escritos están acomodados para expresar conceptos universales. Sin embargo con frecuencia son abstractos y carentes de sentido de inmediatez. Por otro lado, las imágenes son más adecuadas para obtener respuestas personales del observador ya que están más cercanas a nuestros sentidos. El Gojonzon, en términos de su tema gráfico y su expresión caligráfica, es un híbrido de comunicación escrita y visual. Juzgando por la forma en que el Daishonin escogió para inscribir el Gojonzon, él probablemente intentaba comunicarle a nuestra mente, tanto en forma conceptual como sensorial, la universalidad de la naturaleza de Buda y su inmediatez a nuestra vida. Jean Paul Friedrich Richter, crítico literario alemán, explica la naturaleza subjetiva, aunque universal de la poesía, de la siguiente forma: "La poesía debería llegar a ser como la luna, la cual por la noche persigue nuestro paseo por el bosque de cima en cima y al mismo tiempo persigue a otro de ola en ola y así atiende a cada uno, con solo describir su gran arco por el firmamento para finalmente dibujarlo alrededor de la tierra y alrededor de cada paseante" La analogía de Richter sobre la luna sirve para describir las funciones del Gojonzon. El Gojonzon ilumina la existencia de la budeidad para cada practicante. Al mismo tiempo, el Gojonzon traza la órbita de la iluminación para cada gente que lo ve. El Gojonzon - como la luna individualmente sigue a cada viajero en la tierra – vierte luz sobre la iluminación inherente en cada uno de nosotros. El intento del Daishonin para hacer que el Gojonzon tuviera un significado universal para toda la gente, es también evidente en los aspectos lingüísticos y culturales del Gojonzon. Él utilizó palabras y personajes de la India, China y Japón para representar el Gojonzon. Dos deidades budistas están inscritas en ortografía sánscrita; el Gran Bodisatva Jachiman proviene de la mitología japonesa y está el Gran Maestro T’ien-t’ai, quien estableció la supremacía del Sutra del Loto en la China. En el Japón, esos tres países eran vistos como la totalidad del mundo civilizado. En otras palabras, el Daishonin probablemente deseaba hacer el Gojonzon universal en su lenguaje y contenido. Algunas de las características físicas del Gojonzon sugieren la consideración minuciosa del Daishonin para hacer que el objeto de devoción se ajustara al mensaje que contiene para todos y cada uno de los practicantes: la realidad personal, aunque universal, de la naturaleza de Buda. Desde luego, lo que es más importante en nuestra práctica es el acto decantar Nam-myojo-rengue-kyo al Gojonzon. Sin embargo, los detalles aparentemente menores del Gojonzon, algunas veces revelan mucho sobre la sabiduría y compasión del Daishonin. El objetivo de este artículo es que el conocer esos detalles pueda ayudarnos a estar más conscientes de la intención del Daishonin que sustentó la inscripción del Gojonzon y así orar más fuertemente y con mayor confianza.

ANGELICA BACQUERY, es su propia traducción para el México Seikyo