MINERÍA ESPIRITUAL BÁSICA (MaháChohán)

Mil bendiciones

JORGE A. CARRIZO

Una de las tentaciones de los estudiantes "veteranos" (queriendo decir, que tienen tiempo en estas Enseñanzas, porque los realmente AVANZADOS multiplican panes, paran tempestades y cosas por el estilo) es llegar a pensar que ya no tienen que utilizar la Llama Violeta ni aplicarla sostenidamente en sus vidas. Les he oído decir, "uy, tanto tiempo tengo haciendo la Llama Violeta, que sale de mí automáticamente sin que tenga siquiera que pensar en ella". Esta lección del MAHACHOHAN la ví inicialmente en el libro "Electrones". Repasémosla de nuevo ahora que aparece en la última traducción, ahora con una conciencia renovada, les parece? (tomado de "Boletines Privados de Thomas Printz", vol. 5).

..........Alrededor del planeta Tierra hasta a una altura de tres mil quinientos metros hay una sustancia síquica tan pesada y tangible (si bien invisible) como la roca y las piedras de las regiones montañosas. Para su uso, al chela se le ha provisto con la acción dinámica de la Llama Violeta Transmutadora con la cual despejar su camino. El minero utiliza un taladro hidráulico para despejar una vía ante sí, y cuando ésta ha servido su propósito y él enfrenta de nuevo otra barrera pétrea, tiene que volver a utilizar el taladro. Igual es el caso en la propia vida diaria, el uso de la magna Llama Violeta Transmutadora despeja el camino durante cierto período, pero es menester utilizarla constantemente a fin de progresar, espiritualmente, de la zozobra a la liberación eterna.

..........Por ejemplo, a un grupo de mineros que habrá de descender bajo la superficie de la Tierra y extraer piedras preciosas, oro y otras sustancias requeridas por la humanidad, no se les ocurriría encarar la montaña y proceder a entrar a su vasto dominio utilizando una cucharita. Primero, la apertura de la superficie se lleva a cabo por medio de presión hidráulica, explosivos de alto poder o demás, y cuando la vida ha sido despejada lo suficiente en la superficie externa de la montaña, se erige una estructura de acero y madera para constituir la protección de los trabajadores. Los hombres entran entonces a este túnel preparado, y están listos a prestar su servicio. Es así como digo que los chelas que pretenden sobrevivir (y ni hablar de avanzar en el sendero espiritual) sin el uso de la Llama Transmutadora Cósmica especialmente provista para despejar su camino y protegerlos mientras que se encuentren en el sendero, son como mineros que tratan de trabajar en una mina de oro con una cuchara como herramienta.

..........Una vez que se abre el túnel a la mina, el proceso de abrirse paso mediante el taladro hidráulico podrá compararse al allanamiento del sendero del chela mediante la actividad dinámica de la Llama Violeta Transmutadora. El chela entonces llega a mundo a una atmósfera despejada por mientras, en la que podrá atraer los poderes de su propio Santo Ser Crístico y de su Presencia "YO SOY"; pero la Ley requiere que el minero tenga la protección de la estructura de acero y madera para impedir que la montaña colapse sobre los trabajadores. Pues, asimismo la Ley Cósmica provee al chela con el tubo electrónico de luz que a menudo es tan poco utilizado por los caminantes en el Sendero.

..........Al igual que en el túnel de la mina —que, de carecer de la estructura protectora de acero y madera, la primera taladrada desencadenaría cualquier cantidad de escombros que enterrarían al minero— asimismo la creación humana en la atmósfera de la Tierra es igualmente tan fácilmente perturbada por los empeños del chela fervoroso hacia la Perfección; y sin la protección cósmica de este manto electrónico de protección, el chela está en peligro de ser temporalmente acosado por esta efluvia síquica, —la cual consiste de innumerables toneladas de sustancia calificada discordantemente que le imposibilitaría por completo hacer un progreso sostenido, y mucho menos sostener lo propio. Le pido a Mis hijos amados que mediten sobre estos principios fundamentales, y que los apliquen para asegurar su progreso espiritual.

© Serapis Bey Panamá 2009.