Puede que tus acciones no se traduzcan en dinero, pero eso no significa que no tengan valor. Animar a que otros se pongan de pie, abran sus corazones, recuperen su conexión interior y sientan, es una tarea invalorable, que requiere de un espíritu aguerrido dispuesto a iluminar con fervor.
El balance es impulsado por la mente social.
Es justo y necesario que reconozca tu tarea. Si cuando salgo a la calle encuentro miradas esperanzadas y rostros alegres, es gracias a personas compasivas como vos, que alientan a trascender las limitaciones y no dudan en enfrentar la adversidad, para activar los cambios que nos conduzcan hacia un futuro resplandeciente.
Digan lo que digan, tu alma sabe que vas por buen camino. No dejes que te confundan. Sólo faltan algunos pasos. Gracias por seguir vibrando de una manera tan humana. Te puedo sentir. Es un privilegio saber que marchamos juntos. No importa dónde te encuentres, a la hora de los festejos buscaré la estrella más luminosa y diré sonriendo, con todo el corazón: brindo por tu coraje.
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