Cécile Kachadourian: Muchas gracias a ti, Carmelo, por esta oportunidad. Nací en la Ciudad de México el 27 Septiembre de 1964. Desde entonces soy una apasionada de los abrazos, una buscadora incansable de la esencia humana.
Inicié mi formación desde muy pequeña, tratando de comprender el sentido y el poder de los vínculos, sufriendo personalmente el profundo dolor de las separaciones y de la desvinculación con mi familia.
Mi abuelo Levón, armenio, fue un sobreviviente de la masacre Turca, quedando huérfano a los 4 años de edad. Se casó con Gassia, emigrada armenia, partera; tuvieron tres hijos; el segundo de ellos es mi padre, Wagharshag, quien creció en la India y en escuelas armenias de Paris y Venecia, donde conoció a Michette mi madre, una francesa, que creció en Argelia y también en internados; juntos vivieron en Paquistán, Chile, Canadá, México y Guatemala, tuvieron 7 hijos yo soy la sexta.
Para sentir que formaba parte de algún lugar, estudié Estudios Latinoamericanos y me especialicé en la Historia de América Latina. Realicé mis Estudios de licenciatura en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Con Patricia Kay y Laura Cao Romero me formé en la partería. Posteriormente fundé el centro TICIME, Centro de Difusión y Apoyo a la Partería.
Me formé en 1996 con Martha Welch en Nueva York quien hizo evidente el profundo efecto sanador de los abrazos terapéuticos; sin embargo algo faltaba para promover adecuadamente la vinculación y entendí que los desordenes familiares eran un gran obstáculo para lograrlo.
Estudié “Terapia de Contención en el Instituto Prekop en la Ciudad de México y Terapia Gestalt en el Instituto Gestalt de Cuernavaca. Hice 5 años de Pathwork.
Las Constelaciones Familiares y mi maestro Harald Hohnen me abrieron muchas puertas para comprender las cargas transgeneracionales y los enredos sistémicos que impiden que cada persona ocupe el lugar que le corresponde al interior del sistema familiar y promover la sanación de los vínculos.
Desarrollé exitosamente la “Terapia de Vinculación” en México, Estados Unidos, Sudamérica y Francia, integrando la terapia de Abrazo con las Constelaciones Familiares, siendo una de las pioneras. Me especialicé en adicciones.
Mi propósito es impulsar los estados de conciencia de unidad y de poder personal a través de las reconciliaciones y la vinculación. Reconciliación con la energía femenina y masculina, reconciliación con los padres, reconciliación con la pareja, reconciliación con la sociedad, con la tierra y con lo divino. Facilito procesos de vinculación entre mujeres, para que surja la verdadera mujer que se encuentra en nuestro interior. Creo en el renacer de una nueva pareja.
La vinculación es la herramienta capaz de enfrentar las conductas de separación que imperan en el mundo actual y origen de los síntomas de nuestra sociedad.
Desarrollé productos importantes y registrados, relacionados con la vinculación de padres – hijos, parejas, hermanos y al tratamiento de disfunciones de conducta en niños como el déficit de atención, anorexia y autismo. Apoyo activamente a los padres adoptivos.
Diseñé diversos talleres, cursos y conferencias dirigidos a familias, especialistas, maestros, empresas, instituciones educativas, de seguridad pública y de salud. Ha desarrollado cursos de capacitación para la SEP y el DIF. Sus resultados son ampliamente reconocidos por el gran número de personas que han adoptado el abrazo como una herramienta indispensable para la vida.
Hoy dirijo Vincalma, estoy creando el instituto del hombre y de la mujer y de la pareja.
Estoy promoviendo una red a nivel nacional para lanzar el nuevo y verdadero concepto de mujer, el 8 de marzo, que responde a nuestra esencia olvidada, y a nuestro verdadero poder: amar y dar vida y generar el ambiente que motive al hombre a usar su poder de acción al servicio del amor.
Esta red se llama: Profecía hecha mujer: una nueva hermandad.
Soy madre de tres hijos.
Carmelo Urso: A ver, había escuchado que abrazar tenía efectos terapéuticos (como en la biodanza). Pero, ¡una terapia del abrazo! ¿Cómo es que el abrazo puede constituirse en la base de un sistema terapéutico? ¿Cómo surgió esta disciplina? ¿Dónde y por quién fue desarrollada? ¿Desde cuándo la practicas?
Cécile Kachadourian: El abrazo por sí es sanador porque es una expresión tangible de algo intangible como es el amor. Cuando hay un abrazo el amor llega.
Pero el abrazo terapéutico busca despertar la herida primaria que es la causa profunda del estrés que se genera por falta de amor. Al despertarse esa herida (despertar la memoria corporal), el deseo de huida y de separación se hace evidente, pero si se sostiene el abrazo los mecanismos de huida o de defensa o de anestesia se derrumban y puede aparecer la verdadera esencia del ser humano y empezar a conectar la unidad.
Es terapia porque identificar el sistema de defensa y discernirlo de la esencia debe volverse una disciplina que conduce al arte de amar.
Surgió hace 45 años en la Universidad de Columbia, Nueva York, promovida por la Dra. Martha Welch, psiquiatra y encargada en ese entonces del departamaneto de autismo de esa casa de estudios. Ella cuestionó seriamente los “orígenes” del autismo. Tuvo mucho éxito al revertir los síntomas autistas de varios niños con abrazos, pero fue silenciada por el sistema norteamericano. Hasta que me formó y lo pude desarrollar en México, el país mas vinculado del mundo.
Carmelo Urso: En un correo que me enviaste se lee lo siguiente:
“La reconciliación se logra a través de la repetición constante de abrazos y de experiencias de vinculación, capaces de despertar las energías de trauma y liberarlas para conectarnos con nuestra capacidad creadora que nos ubica en la cuarta dimensión donde el espíritu es el realizador de todos los anhelos. Es la dimensión que enlaza al hombre con Dios donde no hay obstáculos, pensamientos y sentimientos limitantes”.
¿Qué significa, en función del sistema terapéutico que postulas, el término “reconciliación?
Cécile Kachadourian: Significa integrar, aceptar, abrazar.
Reconciliar no es olvidar ni perdonar, es reconocer todo lo ocurrido y es proponerse salir del círculo del resentimiento. Es pasear la mirada reconociendo los errores en uno y en los otros. Reconciliar en uno mismo es proponerse no pasar por el mismo camino dos veces, sino disponerse a reparar doblemente los daños producidos.
Carmelo Urso: ¿Qué se entiende por “experiencias de vinculación?
Cécile Kachadourian: Es la unión con el otro. Solo a través del otro puedo reconocerme.
En vez de huir ante una situación o encuentro que despierta mi vergüenza, mi sombra, mi debilidad, mi imperfección, enfrentarlo viéndolo de frente, a los ojos, despertando el dolor que produce sentirse fuera de, separada de. Es abrazar, es conectarse, es hacerse uno con el otro y con el todo, es buscar más la intimidad que el sexo, o el sexo con intimidad.
Carmelo Urso: ¿Por qué la vinculación es la puerta a la reconciliación?
Cécile Kachadourian: Entendemos que el problema del resentimiento hacia uno mismo y hacia los otros se soluciona a través de un proceso de unión (vinculación), implicando esto ir en contra de la naturaleza de la huida y el rechazo que vivimos cuando nos sentimos enojados o decepcionados con nosotros mismos o con alguien más. Aprender a reconciliar es por tanto, un proceso de ir en contra de nuestra inercia natural y cultural del escape y parsimonia para llegar nuevamente a la unidad con uno mismo, los demás y la naturaleza. Ver un atardecer, hacer el amor, tener una experiencia espiritual son experiencias de vinculación pero también enfrentar el dolor y expresarlo nos lleva a la vinculación.
Carmelo Urso: ¿Y cómo es que ambas nos pueden conducir a esa experiencia de cuarta dimensión que es el Espíritu?
Cécile Kachadourian: Porque cuando tienes experiencias en las que te sientes parte de la energía grande que es la energía de amor, todo es posible. El espíritu une tu percepción con la inteligencia y puedes conectar con la realidad. Puedes ver lo que es invisible para los ojos y solo visible para el corazón. la magia, el milagro, el amor, la perfección.
Carmelo Urso: ¿Qué experiencias de sanación te ha reportado esta terapia? ¿Qué dolencias físicas, mentales y espirituales pueden sanarse a través de ella?
Cécile Kachadourian: Todas. Liberado el estrés, el amor fluye y todo lo sana. Anorexia en estado de inanición, déficit de atención, autismo, alergias, fobias. La causa más importante de las enfermedades físicas mentales emocionales y espirituales es no sentirse amado, seguro y que no formamos parte, es decir la falta de amor. Si no sentimos amor, nos sentimos separados del amor. Pensamos que no somos amor, pensamos que no valemos que no somos buenos que no merecemos. Liberado el estrés de la separación, vaciado el dolor, el resentimimiento y el odio, el amor fluye y se manifiesta.
Carmelo Urso: ¿Qué son las constelaciones familiares? ¿Cómo se relacionan con la terapia del abrazo?
Cécile Kachadourian: Las constelaciones familiares son una herramienta terapéutica que permite entre otras cosas identificar si estamos ocupando el lugar que nos corresponde dentro de nuestra familia, hacer un diagnostico de la causa profunda y real del problema que se viva, ponen en evidencia la conexión amorosa y secreta que se tiene con la familia en una y más generaciones.
Carmelo Urso: ¿Cómo funcionan las constelaciones familiares?
Cécile Kachadourian: Al reconocer el vínculo que lo une con alguna persona significativa de su sistema y, que determina su vida actual, el constelador se libera de los asuntos pasados no resueltos que asume como propios aunque no le correspondan y se permita vivir más libre y feliz.
Carmelo Urso: ¿Qué temas se pueden tratar en las Constelaciones Familiares?
Cécile Kachadourian: Son útiles para tratar temas como: enfermedades, suicidios, miembros excluidos, falta temprana de padre o madre, abortos, depresiones, migraciones, divorcios, adopciones, accidentes inexplicables o sucesos dramáticos que se repiten.
Las constelaciones permiten identificar porque no fluye el amor en los vínculos. Abren los canales para desbloquear la energía de separación de la memoria celular.
Carmelo Urso: ¿En qué consiste este curso? ¿Cuánto dura? ¿Cómo está estructurado? ¿Quén puede cursarlo?
Cécile Kachadourian: Es un entrenamiento teórico y práctico que te permite conocer e integrar los principios de la vinculación para poderlo compartir en todas las areas de la vida.
Te permite ser facilitador de constelaciones familiares desde el enfoque de la vinculación y facilitador de la terapia de abrazo.
Dura 20 meses. Los módulos (20) son una vez al mes.
Cualquier persona que esté decidida a vivir de una manera diferente, que esté dispuesto a ser mas leal a sí mismo que a la sociedad y que tenga el valor de enfrentar el dolor ajeno pero sobre todo el propio puede tomar este entrenamiento, previa entrevista.
No se requiere ningún título.
Carmelo Urso: ¿Tienes alguna página web o dirección de correo electrónico dónde la gente pueda obtener más detalles de este sistema terapéutico?
Cécile Kachadourian: www.vincalma.com
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