Su significado, Palabras e Imagen.
(Traducción de artículo publicado en la revista
Living Buddhism de septiembre 2000)
El siguiente ensayo fue presentado en la Conferencia del
Departamento de Estudio de la SGI-USA
en el Centro de la
Cultura y la
Naturaleza de Florida del 21 al 23 de abril de
2000.Por Shin Yatomi, Vice-responsable del Departamento de Estudio de la SGI-USA Uno de los
temas más discutidos referente a cualquier objeto religioso es si éste es
sagrado representa lo sagrado. Puesto de otra forma, ¿es una
personificación real o un símbolo de lo que debe ser reverenciado
en el culto? Esas preguntas sobre la naturaleza de los objetos religiosos
han jugado un papel importante en la historia de la religión. La Controversia Iconoclasta
en la que los Cristianos debatían los méritos de los íconos religiosos es
considerada el último paso hacia el gran cisma entre la Iglesia Católica Romana
y la Iglesia Griega
Ortodoxa en 1054.La interpretación de la eucaristía – el pan y el
vino consagrados que se utilizan en la Sagrada Comunión
– ha sido otra fuente de disputa doctrinal en la iglesia cristiana desde principios
de la Edad Media,
especialmente durante el período de Reforma. En la trigésima tercera
sesión del Concilio de Trento realizada en 1551, la Iglesia Católica
Romana reafirmó su doctrina de transubstanciación, afirmando la conversión de
toda la sustancia del pan y el vino en toda la sustancia del Cuerpo y
la Sangre
de Cristo, quedando sólo la apariencia del pan y el vino después de la
consagración. Los protestantes se opusieron a este punto de vista. Por
ejemplo, Martín Lutero declaró que después de la consagración, las substancias
tanto del Cuerpo y la
Sangre de Cristo como las del pan y el vino
coexisten en unión la una con la otra. Por el contrario, Ulrich Zwingli afirmó
que la Cena del
Señor era básicamente un rito conmemorativo y que no había ningún cambio
en los elementos fueran los que fueran. Como es evidente en la historia
del cristianismo, los objetos religiosos con frecuencia desencadenan tensión y
ansiedad para quienes piensan que lo divino está más allá de la expresión
material. Al mismo tiempo, la gente tiende a buscar algo tangible como
objeto de expresión de su devoción. Algunos consideran un símbolo de lo
divino como si fuera la divinidad misma, mientras que otros reducen el
significado de un objeto sagrado a un símbolo ritual sin ningún valor
espiritual. De esta forma, la naturaleza de un objeto religioso con
frecuencia se encuentra en el centro del debate teológico y de
la confusión en muchas religiones. ¿Es el Gohonzon un símbolo o una
personificación? En el caso del budismo de Nichiren Daishonin su objeto de
devoción funciona como símbolo y como personificación. Cuando la gente
ve el Gojonzon por primera vez, ¿qué es lo que ve? ¿A qué conclusión
llega? Es un pergamino con inscripciones desconocidas, pero ¿es un icono
religioso o una fórmula sagrada? Cualquiera que sea su reacción,
es difícil pasar por alto los caracteres de caligrafía oriental acomodados
de una forma específica; aunque la mayoría no tiene idea de lo que
significan esos caracteres o de por qué están acomodados de esa forma.
Como nuestra primera impresión de las cosas con frecuencia nos revela algo
importante del fondo de su naturaleza, lo que la mayoría de nosotros notamos
primero sobre la apariencia del Gojonzon son los caracteres escritos en él
y el acomodo de estos caracteres; esto nos proporciona algunas claves sobre la
intención de Nichiren Daishonin al crear este objeto de devoción.
En un sentido, el Gojonzon representa
la iluminación del Daishonin y por eso representa también nuestra
naturaleza inherente de Buda. El Gojonzon es un símbolo de la iluminación potencial
de toda la gente; significa algo más que el pergamino en sí. Por esto
el Daishonin explica a su discípulo más viejo, Abutsu-bo, el significado
de su ofrenda al Gojonzon –conocido como La Torre de los Tesoros – de la siguiente
forma: "Usted podrá pensar que hizo esas ofrendas a La Torre de los Tesoros del
Buda Tajo, pero no es así. En realidad se las hizo a usted mismo. Abutsu-bo
es un Buda Verdadero dotado de las tres propiedades iluminadas. Debe
invocar Nam myojo rengue kyo con esta convicción". (Los Principales Escritos
de Nichiren Daishonin, Vol. I, p 30). Aquí el Daishonin explica que cuando
oramos al Gojonzon, el Gojonzon está dirigiendo nuestra atención a nuestra
propia naturaleza de Buda inherente. El Gojonzon devuelve nuestra reverencia a
nuestro supremo potencial interior. En este sentido el Gojonzon funciona
como un indicador de nuestra budeidad; es una representación simbólica.
Por lo tanto, en el pasaje anterior el Daishonin nos advierte no confundir
el símbolo con el significado, el cual exteriorizará y objetivará la budeidad
que realmente existe dentro de nosotros. Sin embargo, desde otra perspectiva,
el Gojonzon funciona como la personificación de la iluminación del
Daishonin. El Gojonzon no es intrínsecamente una entidad viviente con conciencia
propia que personifica la iluminación del Daishonin, pero funciona en nuestra práctica
como si lo fuera. El Daishonin explica: "Yo, Nichiren, diluí mi vida y en
ella impregné la tinta sumi, con la cual inscribí este Gojonzon, por eso,
crean en él con todo su corazón. La voluntad del Buda es el Sutra del
Loto, pero el alma de Nichiren no es otra cosa que
Nam-myojo-rengue-kyo". (LPEND, Vol. I, p.120).Cuando ponemos nuestra fe
en el Gojonzon y oramos a él con el espíritu de este pasaje, el Gojonzon
se transforma de un mero papel y tinta en una manifestación concreta
de la iluminación del Daishonin en la realidad de nuestra consciencia. Entonces
el Gojonzon funciona como un estímulo externo que llama a nuestro potencial
interior de Buda. Por otro lado, nosotros sabemos que el Gojonzon es
una representación simbólica de nuestra naturaleza de Buda.
En nuestra práctica, por el contrario, oramos a él como si en realidad
fuera la personificación de la vida iluminada del Daishonin y así vamos desarrollando
la confianza de que esa misma naturaleza existe también en nuestra vida. Ver el
Gojonzon como la personificación de la iluminación del Daishonin no es una
creencia simplista, aunque el Gojonzon físicamente sigue siendo papel y tinta;
es la afirmación de nuestra fe en la iluminación del Daishonin y en
nuestro propio potencial para la iluminación. El Gojonzon en cierto sentido,
sirve en ausencia del Daishonin como un ejemplo concreto de cómo obtener
la iluminación. El Gojonzon en este sentido, ayuda a nuestra práctica
tanto como símbolo como personificación de la iluminación. Sin embargo, debe
hacerse notar que el Gojonzon como personificación de la iluminación no
debe tomarse para significar la presencia misteriosa de lo divino en un objeto
inanimado. El Gojonzon se convierte en la personificación de la budeidad a
través de nuestra fe y nuestra práctica. En otras palabras, la importancia
del Gojonzon como personificación de la budeidad del Daishonin es real y
significativa únicamente hasta el punto de que el practicante ore a él con
fe y visto como el ejemplo a seguir, no como una fuerza salvadora externa.
El significado del Gojonzon conforme a la intención del Daishonin, en este
sentido, se crea a través de la interacción dinámica entre el objeto de
devoción y el devoto. Por lo tanto, el significado del Gojonzon estaría
incompleto sin la fe y práctica del creyente. La Torre de los Tesoros;
la Imagen del Gojonzon. El diseño del Gojonzon se remonta al origen
del budismo Majayana, el cual tomó forma alrededor de principios del siglo
primero en la India. Como
reacción al budismo monástico,
Que enfatizaba la salvación personal a través
de las austeridades, el budismo Majayana enfatizó la importancia del
altruismo y el rol de los practicantes laicos (i.e. bodisatvas) para propagar
las enseñanzas. Los seguidores del Majayana llamaron a su doctrina
"Majayana" o "El Gran Vehículo" para llevar a la gente
a la iluminación, a la vez llamaron al budismo monástico "Jinayana" o
"Pequeño Vehículo". El movimiento popular Majayana se desarrolló
alrededor de la veneración de stupas – montículos o torres construidas
originalmente para entronizar en ellas reliquias de Sakyamuni. Después de
su muerte, la cual ubican los estudiosos alrededor de los siglos cuarto o
quinto antes de la era actual, sus discípulos laicos iniciaron la
construcción de estas stupas, especialmente durante el reinado del Rey Asoka
(268-232 AC)
quien fuera el tercer regente de la dinastía Maurya y el primer rey
que unificó la India. Muchos
creyentes laicos se reunieron alrededor de las stupas y rindieron homenaje
al Buda, quien ya estaba ausente. La popularidad de la veneración
de las stupas se hace evidente en el papel central de la torre
enjoyada en el Sutra del Loto, uno de los sutras del
Majayana temprano, el cual se piensa fue compilado alrededor del siglo
primero. El Daishonin utilizó la stupa o "Torre de los Tesoros"
del Sutra del Loto como el motivo gráfico principal para inscribir el
Gojonzon. Al centro del Gojonzon está escrito "Nam-myojo-rengue-kyo
Nichiren", lo cual significa su despertar a la ley
de Nam-myojo-rengue-kyo o iluminación. Como lo explica él,
"La Torre de los Tesoros es Nam-myojo-rengue-kyo"(END 299), el
Daishonin ve la torre de los tesoros representada en el Sutra del
Loto como un símbolo de la naturaleza de Buda inherente en la vida de
cada persona. Entonces él se dirige a uno de sus discípulos
diciéndole: "…por ende, Abutsu-bo es la Torre de los Tesoros; y la Torre de los Tesoros
es Abutsu-bo" (LPEND, Vol. I, p. 30).Las inscripciones a ambos lados
de "Nam-myojo-rengue-kyo Nichiren" en el Gojonzon, representan
la asamblea de diversos seres vivientes quienes se reúnen para escuchar la
prédica de Sakyamuni como se describe en el Sutra del Loto. Algunos
de ellos ni siquiera son humanos, tales como La Hija del Rey Dragón
quien demuestra su iluminación. La diversidad de esta, así llamada
Asamblea en el Aire en el Sutra del Loto, refleja la naturaleza de la temprana
veneración de stupas, la cual no estuvo limitada a la élite de la
clase sacerdotal sino que estuvo abierta a la gente de todos los estratos
sociales. Estas inscripciones en el Gojonzon representan los diez
estados de vida (los diez mundos):Sufrimiento intenso y desesperación
(infierno), deseos insaciables (hambre), estupidez egoísta (animalidad),
arrogancia y beligerancia (ira), calma transitoria (humanidad), éxtasis intenso
aunque temporal (éxtasis), auto mejoramiento (aprendizaje), auto despertar a verdades
parciales sobre la naturaleza y la humanidad (absorción), altruismo
(bodisatva), y el estado indestructible de felicidad proveniente de la
compasión y la sabiduría(iluminación). El Gojonzon muestra que cada uno de
estos diez estados de existencia, cuando están firmemente basados en
Nam-myojo-rengue-kyo, muestra su función más positiva para nutrir la vida y la
felicidad de uno. Por ejemplo, aunque podamos encontrarnos en el estado de
infierno, a través de nuestra oración al Gojonzon, nosotros podemos transformar
nuestro intenso sufrimiento y desesperación en una fuente de fortaleza y esperanza
para vencer nuestras dificultades. Incidentalmente, algunos aspectos rituales
de nuestra práctica al Gojonzon podrían ser reminiscencias de la
veneración de stupas del budismo Majayana temprano. Por ejemplo, el sonar la
campana podría derivarse de las ofrendas musicales frecuentemente realizadas
enfrente de una stupa. Otras ofrendas al Gojonzon pueden ser rastreadas
también hasta la antigua veneración de stupas, tales como las ofrendas
de flores e incienso como están representadas en el Sutra del Loto. Palabras
e Imágenes: Universalidad Subjetiva
La forma de expresión que escogió el
Daishonin para representar la
Torre de los Tesoros, es única. Él representó la Torre de los Tesoros y
la asamblea circundante de varios seres en caracteres escritos. Aunque hay
ejemplos de representaciones pictóricas de la Torre de los Tesoros y objetos religiosos
caligráficos anteriores al Gojonzon, la representación del Daishonin de la Torre de los Tesoros,
descrita únicamente mediante caracteres escritos, resulta rara y sin
precedente. Su uso de caracteres gráficos continúa poniendo el énfasis en las
escrituras sagradas, conforme a la tradición budista. Después de la muerte de
Sakyamuni, las stupas conteniendo sus reliquias se convirtieron en objetos de
veneración entre sus seguidores laicos. Rápidamente las imágenes pictóricas
y escultóricas de Sakyamuni y otros budas imaginarios, así como de
bodisatvas y deidades budistas, fueron reproducidas como íconos religiosos. Más
aún, especialmente en la tradición Majayana, el mayor énfasis fue puesto en
los escritos sagrados, hasta el punto deque la gente veneraba literalmente
los pergaminos de los textos budistas. Por ejemplo, en la India los Sutras de la Sabiduría (Skt
Prajnaparamita) se convirtieron en los objetos de devoción entre muchos
budistas Majayana. En relación con la importancia religiosa de las
escrituras sagradas en la tradición Majayana, Jacob N. Knnard
comenta:"Las reliquias y las stupas son ciertamente dignas de
veneración… pero el libro es más valioso y más valorado, ya que el libro
es la fuente de la sabiduría Tathagata, y consecuentemente la fuente de su
logro de la iluminación, y por lo tanto la fuente del valor de
las reliquias "El Daishonin también enfatiza con frecuencia el papel
importante del material escrito, particularmente el Sutra del Loto. Por
ejemplo, él dice: "El Sutra del Loto es tanto la enseñanza del Buda
como la personificación de la sabiduría del Buda. Si uno pone una fe sincera
en cada carácter y en cada pincelada, entonces uno se convierte en Buda en nuestra
forma presente" (END, 969). Para refutar el Budismo Zen, el cual
rechaza el rol de las escrituras budistas, el Daishonin establece: "Si uno
descarta los caracteres escritos, ¿qué más podría uno apreciar como el trabajo
del Buda?" (Gosho Zenshu, 380). El uso del Daishonin de los
caracteres escritos como un medio para inscribir el Gojonzon, refleja su fuerte
convicción en el rol del material escrito para comunicar no solo la realidad
material de las cosas sino también la realidad espiritual de la humanidad. El
que el Daishonin haya usado la imagen de la Torre de los Tesoros
como un motivo gráfico para el Gojonzon y su uso de caracteres escritos
como un medio de expresión, muestran su profunda interiorización en la
naturaleza de la veneración religiosa. Él parece haber entendido cómo
una imagen y un texto escrito hablan diferente a nuestra mente. Al
inscribir el Gojonzon como una imagen expresada en caracteres, el
Daishonin unifica la especificidad de una imagen gráfica con
la universalidad de caracteres escritos para expresar la realidad de la
naturaleza de Buda que es única a cada persona y simultáneamente universal a
toda la gente. El aspecto subjetivo y sin embargo universal de la naturaleza de
Buda es el núcleo de las enseñanzas del Daishonin, la cual promueve nuestro
conocimiento del supremo potencial, no sólo en nuestra vida sino también
en la vida de los demás. El Gojonzon es concreto en el sentido de que
representa una imagen específica. Sin embargo no es una
imagen pictórica de La
Torre de los Tesoros, de Sakyamuni ni del mismo Nichiren
Daishonin. Si el Gojonzon tomara esa forma, sería fácil ver el Gojonzon
como una representación de la vida de alguien o de un evento ajeno
a nuestra vida. Si el Gojonzon se presentara como la imagen del Daishonin,
por ejemplo, nosotros podríamos respetarlo pero no nos identificaríamos con él.
¡Por el simple hecho de que nosotros no nos asemejamos aun monje del siglo
trece! En vez de eso el Daishonin creó el Gojonzon en caracteres para representar
la imagen específica de La Torre
de los Tesoros del Sutra del Loto, que simboliza nuestra budeidad
inherente. Los caracteres escritos están acomodados para expresar conceptos
universales. Sin embargo con frecuencia son abstractos y carentes de sentido
de inmediatez. Por otro lado, las imágenes son más adecuadas para
obtener respuestas personales del observador ya que están más
cercanas a nuestros sentidos. El Gojonzon, en términos de su tema gráfico
y su expresión caligráfica, es un híbrido de comunicación escrita y
visual. Juzgando por la forma en que el Daishonin escogió para inscribir
el Gojonzon, él probablemente intentaba comunicarle a nuestra mente, tanto en forma
conceptual como sensorial, la universalidad de la naturaleza de Buda y su
inmediatez a nuestra vida. Jean Paul Friedrich Richter, crítico literario
alemán, explica la naturaleza subjetiva, aunque universal de la poesía, de la
siguiente forma: "La poesía debería llegar a ser como la luna,
la cual por la noche persigue nuestro paseo por el bosque de cima en cima
y al mismo tiempo persigue a otro de ola en ola y así atiende a cada uno, con
solo describir su gran arco por el firmamento para finalmente dibujarlo
alrededor de la tierra y alrededor de cada paseante" La analogía de
Richter sobre la luna sirve para describir las funciones del Gojonzon. El Gojonzon
ilumina la existencia de la budeidad para cada practicante. Al mismo
tiempo, el Gojonzon traza la órbita de la iluminación para cada gente que
lo ve. El Gojonzon - como la luna individualmente sigue a cada viajero en
la tierra – vierte luz sobre la iluminación inherente en cada uno de
nosotros. El intento del Daishonin para hacer que el Gojonzon tuviera un
significado universal para toda la gente, es también evidente en los aspectos
lingüísticos y culturales del Gojonzon. Él utilizó palabras y personajes de la India, China y Japón
para representar el Gojonzon. Dos deidades budistas están inscritas en
ortografía sánscrita; el Gran Bodisatva Jachiman proviene de la mitología
japonesa y está el Gran Maestro T’ien-t’ai, quien estableció la supremacía
del Sutra del Loto en la
China. En el Japón, esos tres países eran vistos como
la totalidad del mundo civilizado. En otras palabras, el Daishonin
probablemente deseaba hacer el Gojonzon universal en su lenguaje y
contenido. Algunas de las características físicas del Gojonzon sugieren la
consideración minuciosa del Daishonin para hacer que el objeto de devoción
se ajustara al mensaje que contiene para todos y cada uno de los
practicantes: la realidad personal, aunque universal, de la naturaleza de Buda.
Desde luego, lo que es más importante en nuestra práctica es el acto
decantar Nam-myojo-rengue-kyo al Gojonzon. Sin embargo, los detalles aparentemente
menores del Gojonzon, algunas veces revelan mucho sobre la sabiduría y
compasión del Daishonin. El objetivo de este artículo es que el conocer
esos detalles pueda ayudarnos a estar más conscientes de la intención del
Daishonin que sustentó la inscripción del Gojonzon y así orar
más fuertemente y con mayor confianza.
ANGELICA BACQUERY, es su propia traducción para
el México Seikyo