Fíjate en que el decreto dice "YO SOY la Luz del Corazón brillando en las tinieblas del ser y transformándolo todo . . .". La palabra cambio es la señal de la Era de Acuario que estamos iniciando. Es el nombre del juego del séptimo rayo. Se le llama transmutación o purificación. Significa que si hemos enviado odio o una forma de leve desagrado en nuestra vida, hemos establecido un vínculo con otros por medio de esa energía, la cual recorrerá todo su ciclo hasta regresar a nosotros, de forma que también nos atará.
Nuestro amor por Jesucristo y todos los santos de Dios nos ilumina. El profundo amor que sentimos por él nos vuelve de súbito conscientes de que este odio o leve antipatía es un equívoco del que somos responsables y por el que a la postre deberemos rendir cuentas. Algún día pagaremos las consecuencias, y si no lo hacemos por las buenas, es decir, a iniciativa nuestra, la Ley lo exigirá. Ésta es la explicación a las repentinas calamidades, cataclismos y cáncer, y a las penas que se avecinan a la Tierra. Karma. No podemos odiar a ninguna forma o aspecto de la vida, que es Dios, con impunidad. De ahí que la perversión del tercer rayo, el del amor divino, sea el odio, así que debemos transmutar esa energía de odio con amor por medio de la llama violeta.
Ahora bien, puede que hayamos acumulado karma de odio de otras encarnaciones. En ocasiones, conoces a alguien y esa persona te resulta antipática al instante, pero no sabes por qué. Podría deberse a algún altercado que tuviste con ella en otra vida, y el sentimiento de injusticia y las energías vinculadas a ello permaneces sin resolver. Lo que queremos es odiar y seguir odiando o esparcir de nuevo antipatía. Mas deseamos propagar este bálsamo de Galaad -el poder del amor a Dios- para cambio, para transmutación, para que el fuego sagrado disuelva ese registro, ese nudo en nuestro subconsciente o cuerpo astral.
Acatamos que la energía no se crea ni se destruye. Va a alguna parte, pero puede transformarse. Así que, lo que hemos de comprender es que el odio es aquello que nosotros creamos: una capa de vibración negativa que imponemos sobre la energía pura de Dios. Puesto que somos los niños de Dios, sus hijos e hijas, nos confirió el poder para ser co-creadores con Él. Nosotros hemos creado el desorden que hay en el mundo. Pero también hemos creado dicha. Hemos hecho nuestras elecciones, de modo que vivimos en los reinos de nuestra propia creación. Podemos deshacer nuestros antiguos odios, disputas, y antipatías antes de que retornen a nuestro umbral para que los resolvamos.
Meditación sobre la Luz del Corazón
Cuanto más nos concentramos en el corazón y en sus cualidades durante la vida en general y al realizar los ejercicios espirituales, más poderoso y sensible se tornará. La bella oración "YO SOY la Luz del Corazón" de Saint Germain alaba la chispa divina que tenemos en él y nos ayuda a estar más centrados en dicho órgano.
Visualización:
Cuando recites "YO SOY la Luz del Corazón", visualiza una luz radiante descendiendo de Dios a tu chakra del corazón, adonde se emitirá conforme a las palabras de tu oración.
A continuación dirige la atención al chakra del corazón, en el centro del pecho. A veces es más fácil centrar la atención si colocas los tres primeros dedos (el pulgar y los dedos indice y corazón) en esa zona.
Luego imagina el brillo del sol al mediodía y traslada esa imagen al centro del pecho.
Visualiza miles de rayos solares partiendo de tu corazón para penetrar y disolver cualquier forma de oscuridad, desesperación o depresión dentro de ti, de seres amados y de las personas que hay en el mundo. Proyecta tu amor (que en realidad es el amor de Dios) hacia el mundo.
Observa ese amor saliendo en forma de rayos láser de intenso color rosado ígneo y rompiendo.
Finalmente puedes recitar la afirmación.
YO SOY la Luz del Corazón
brillando en las tinieblas del ser
y transformándolo todo en el dorado tesoro
de la Mente de Cristo.
YO SOY quien proyecta mi amor
hacia el mundo exterior
para derribar toda barrera
y borrar todo error.
¡YO SOY el poder del Amor infinito
que se amplifica a si mismo
hasta ser victorioso
por los siglos de los siglos!
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