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"Te advierto, quien quieras que fueres, ¡Oh! Tú que deseas sondear los arcanos de la naturaleza, que si no hallas dentro de ti mismo aquello que buscas, tampoco podrás hallarlo fuera. Si tú ignoras las excelencias de tu propia casa, ¿cómo pretendes encontrar otras excelencias? En ti se halla oculto el Tesoro de los Tesoros ¡Oh! Hombre, conócete a ti mismo y conocerás el universo y a los Dioses." ORACULO DE DELFOS

viernes, 27 de julio de 2012

Un secreto mágico: LA GRATITUD


Aprended a poner en una balanza las pequeñas contrariedades de la existencia y todos los bienes que la Providencia os ha distribuido generosamente, y sacad de ello las debidas conclusiones: tan sólo podréis experimentar gratitud.


Observaos y constataréis que en lugar de ver las cosas de esta manera, no hacéis sino comparar lo poco que poseéis en relación con todo lo que poseen otros más privilegiados que vosotros. Pues bien, esta no es una buena comparación. Si tenéis una necesidad imperiosa de hacer comparaciones de esta índole, ¿por qué no tener en cuenta todas las ventajas que poseéis en comparación con tantas otras personas en el mundo que viven en condiciones verdaderamente horribles?... Los humanos con su ingratitud y descontento constantes, demuestran ser poco inteligentes: en lugar de tomar conciencia de las bendiciones con las que el Cielo les ha colmado, sólo tienen motivos para sentirse desgraciados.


Todas las mañanas, al despertaros, invocad para que la alegría y el amor os invadan. En lugar de empezar el día pensando que os falta dinero, que aquél o aquélla a quién amáis os es infiel, que cierto vecino o determinado compañero de trabajo os acosa, decid: 
"Señor Dios, Te agradezco hoy el sentirme vivo, con salud, el poder respirar, comer, andar, mirar, oír, pensar, amar, pues éstos son tesoros inestimables". 
Sí, levantaros, cada mañana agradeciendo al Señor por todo lo que tenéis.




Tan solo la gratitud puede salvarnos. y debemos aprender incluso a dar gracias por los acontecimientos desagradables, ya que es la mejor forma de transformarlos. Si gritáis u os subleváis, vuestro estado no mejorará nunca. Pero si decís: "Oh, gracias Señor porque seguramente hay una razón por la que he encontrado este obstáculo, tengo todavía algo que aprender", entonces sentiréis que poco a poco vuestras dificultades se transforman en oro y piedras preciosas. Sí, es como si las recubrierais con polvo de oro o de cristal: aparecerán otro día bajo un aspecto distinto. Probad y veréis.



Nada puede resistirse frente a la gratitud. Por lo tanto, dad todos los días gracias al Cielo por todo l0 que os ocurre porque es para vuestro bien. Desde hoy, decid: "Gracias Señor, gracias Señor..." Dad gracias por lo que tenéis y por lo que no tenéis, por lo que os hace feliz y por lo que os hace sufrir. Así es como mantendréis en vosotros la llama de la vida. Esta es una ley que debéis conocer. Diréis: "Pero, ¿cómo se puede estar agradecido cuando se es desgraciado, se está enfermo, o en la miseria? ¡No podremos hacerlo nunca!" Si podéis, y este es el mayor secreto:

incluso sintiéndoos desgraciados, debéis encontrar una razón para dar las gracias. ¿Sois pobres, estáis enfermos? Agradeced, agradeced, alegraos... ¿de qué? De ver a los demás ricos, con buena salud, en la abundancia, y veréis, poco tiempo después se abrirán ciertas puertas y descenderán bendiciones sobre vosotros.
El saber dar gracias e incluso alegrarse cuando aparentemente no se tiene ningún motivo para ello, es una extraordinaria filosofía que os dará la posibilidad de superar todas las dificultades, de observar la vida desde arriba, de dominar todas las situaciones. Ningún químico ha descubierto todavía un elemento que produzca efectos tan poderosos sobre el ser humano como el agradecimiento. En ningún laboratorio se ha estudiado todavía la repercusión que el agradecimiento puede tener sobre el organismo humano, todo lo que puede cambiar en el cerebro, en el corazón, en los pulmones e incluso en el sistema circulatorio, muscular...

¿Cómo no agradecer todo lo que el Cielo nos da? Sólo que no se ve, porque estamos acostumbrados a mirar siempre hacia abajo, es decir a mirar lo que no funciona, todo lo que motiva las preocupaciones, las inquietudes y los pesares. Nos olvidamos de mirar hacia arriba, allí donde se encuentra la luz, la belleza y todo lo que puede dar precisamente un impulso a nuestra alma, forzada a descubrir los medios para superar las dificultades y dar gracias al Cielo.

Las preocupaciones, las dificultades existirán siempre, hagáis lo que hagáis; es inútil luchar contra ellas, porque seréis vosotros los que sucumbiréis. ¿Qué hay que hacer entonces? Lo mismo que hacemos contra las intemperies o contra los insectos: equiparse. Para resguardarnos de la lluvia, cogemos un paraguas; para protegemos del frío, nos vestimos con ropas de abrigo o instalamos una estufa; y para protegemos de los mosquitos, colocamos una mosquitera o utilizamos algún producto. Pues bien, para protegerse de las dificultades, no hay otra solución que la de mirar hacia lo alto para recibir la luz y la fuerza; será entonces cuando, no sólo triunfaréis, sino que os sentiréis profundamente agradecidos.

El que aspira a la felicidad debe saber dar las gracias por todo lo que posee, e intentar aportar algo luminoso a los demás. Debe aprender a alegrarse, y particularmente a apreciar todo aquello que ha sido desdeñado o despreciado. Debe procurar descubrir, cada día, un acontecimiento, un encuentro, un pensamiento con el que sentirse bien, o maravillado, y ponerlo en su corazón, en su memoria, en su inteligencia. Sí todos los días dais gracias al Señor, si estáis contentos por todo lo que os da, poseeréis el secreto mágico que puede transformar vuestra vida, y las entidades luminosas del mundo invisible se acercarán a vosotros para ayudaros.

lunes, 9 de julio de 2012

La soledad no existe


¡Cuánta gente se queja de la soledad!. Pues bien, deben saber que han sido ellos quienes han creado esa soledad en sí mismos, en su cabeza. En realidad, nunca se está solo. Y, ¿por qué entonces se sienten solos? Porque no tienen demasiado amor. Ellos os dirán: "¡Pero cómo, si tenemos demasiado amor, no hacemos más que soñar con el amor!" Precisamente ahí está su error, sueñan con el amor, esperan el príncipe o la princesa de las Mil y Una Noches y por eso se sienten solos: porque esperan el amor en lugar de buscarlo en ellos mismos. El amor que se espera, nunca llegará. No hay que esperar que el amor venga del exterior, el amor está dentro de, nosotros. Dejad que salga, que se manifieste porque sólo así lo encontraréis realmente.

Nunca estamos solos: todo el universo nos escucha. Todas nuestras palabras, todos nuestros gestos tienen eco. Por ejemplo, si cuando salís de vuestra casa, por la mañana, sonreís al mundo entero, saludáis a toda la creación diciendo: "Buenos días, buenos días, buenos días", no os sentiréis solos durante el día, porque desde todos los rincones del espacio llegarán hasta vosotros voces que os contestarán haciendo eco: buenos días, buenos días, buenos días... Los humanos salen de sus casas encerrados en sí mismos: ven y oyen a los demás a su paso, pero nos los miran, ni los escuchan. ¿Por qué no recordar que el mundo entero está habitado por criaturas que merecen que se les mande un pensamiento, buenos deseos: la luz, la paz, la alegría... ¿Tan dificil resulta abrirse, sonreír, dar el primer paso? Siempre esperan que sean los otros quienes lo hagan, y en la espera, se lamentan porque se sienten solos.

Empezad desde hoy a cambiar de actitud y veréis como ya no os sentís solos. Diréis: "Si, pero la gente que por todos lados nos encontramos, en la calle, en los almacenes, en nuestro lugar de trabajo, no nos inspiran, y por otro lado, si nos mostramos con ellos tan abiertos, no nos comprenderán". Es verdad, hay gente que no os comprenderá; si les saludáis, si les sonreís, dirán: "¿Qué le ocurre a éste?" Pero solo algunos se mostrarán incapaces de comprenderos, habrá muchos otros que os comprenderán y se sentirán felices. Además, ¿Acaso vivimos sólo para la gente con la que nos encontramos? No, vivimos para toda la creación, y en las regiones invisibles existen numerosas criaturas que sabrán apreciar vuestro amor, y esto es lo esencial.

Incluso, ¿por qué no aprendéis a mirar de otra forma menos superficial, a toda esa gente con la que os cruzáis y que nada os inspira? Siempre os fijáis en la apariencia, y es cierto que a menudo no es muy agradable. Pero los humanos no son sólo lo que aparentan, cada uno tiene también un alma, un espíritu, e incluso si esta alma y este espíritu raramente se manifiestan, están ahí y tienen siempre la posibilidad de aparecer y expresarse. No demuestra ser inteligente quien observa a los humanos de forma tan superficial. Un sabio sabe que los hombres y las mujeres son hijos e hijas de Dios, y con esta idea trata a todos los seres. Este es un trabajo creativo que realiza, ya que, de esta forma, desarrolla el lado divino de todos aquellos que encuentra... y se siente feliz. Creedme, la mejor manera de actuar con los demás, es descubriendo sus cualidades, sus virtudes, sus riquezas espirituales y concentrarse en ellas.

Descubrir los defectos de la gente no tiene ningún mérito, es demasiado fácil; además, es algo que todo el mundo hace... A partir de ahora, intentad prescindir de los detalles no demasiado virtuosos, y en cambio haced hincapié en el principio divino existente en cada ser. Sí, ¿por qué no tener sentimientos sagrados para aquello que en el hombre es divino, inmortal y eterno? Es así como realizaréis un buen trabajo sobre vosotros mismos y ayudaréis también a los demás.

Mientras que si tan sólo os ocupáis de sus defectos, os perjudicáis, porque absorbéis sus suciedades y, además, impedís que ellos evolucionen. y ¿cómo queréis después no sentiros solos?

Criticando a los demás, subrayando sus defectos, no hacéis más que cavar un foso entre ellos y vosotros. Cuando sepáis, a través de vuestra alma y de vuestro espíritu, entrar en relación con todas las almas y todos los espíritus de la tierra, cuando lo mejor de vosotros mismos descubra lo mejor de los demás, entonces ya no os sentiréis solos.


Omraam Mikhaël Aïvanhov
EL DEBER de SER FELIZ 

domingo, 8 de julio de 2012

Definición de Conceptos


Nuestra primera lección versará sobre las diferentes acepciones de cada una de las palabras utilizadas en la actualidad por los diferentes grupos. Estos diferentes significados para una misma palabra conducen inevitablemente a confusiones, en las cuales los más perjudicados son aquellos seres que no pertenecen a una ideología en particular y que buscan abrirse paso entre los diferentes caminos que se ofrecen a través de los libros, de las diferentes publicaciones y de toda aquella literatura de documentales visuales que permanecen al alcance del público.


Debido a la imperfección de las comunicaciones entre nosotros y ustedes, es natural que las ideas bajen no en su forma más pura, sino ligeramente contaminadas por múltiples aspectos, que van desde la personalidad propia del individuo que actúa como canal, las limitaciones propias de la cultura de este mismo canal y las condiciones ambientales que impiden el limpio paso de las ideas desde los diferentes planos en que nos movemos.

Así pues, identificamos únicamente las más importantes fuentes de error, es bastante claro señalar que los mensajes tal como se reciban, deberán ser depurados de acuerdo a las reglas gramaticales del idioma en que se vaya a expresar y por otra parte, para darle una mejor coherencia y una integridad completa en lo que vendrá siendo el cuerpo del texto. Esta revisión deberá ser hecha por algún grupo de ustedes y el manuscrito final será corregido y limpiado a fin de que las ideas puedan ser expresadas con un correcto uso de lenguaje y dando el énfasis adecuado a aquellos conceptos que merezcan ser tratados de esa manera.


- Mecanismos que poseen los seres humanos para usar la telepatía

Empecemos, pues, hablando de aquello que los seres humanos tienen proveído en sus diferentes vehículos para el uso correcto de la telepatía. En primer término aclararé el uso de la palabra vehículo:

- ¿Qué es un ser humano?

El ser humano es ESENCIA DIVINA, una extensión de DIOS trabajando en el plano tridimensional, una corriente de vida como diríamos en los términos de Alice Bailey. Corriente de Vida implica un continuo de conciencia, un continuo de energía que fluye desde el centro mismo de la creación, hasta los rincones más apartados de manifestación. Rincones más apartados no significa lugares distantes en espacio, significa lugares distantes en dimensiones de vibración. El Universo no sólo es infinito en espacio y en tiempo, sino en vibración y conciencia.

- Vehículo.

Cuando hablemos de vehículo nos referimos al cuerpo de manifestación de esa conciencia asociada a la Corriente de Vida que utiliza en sus diferentes manifestaciones, en las diferentes dimensiones en que se mueve.

Explicando en palabras simples, diremos: Vehículo es el cuerpo a través del cual trabaja el alma, el alma es el vehículo a través del cual trabaja la conciencia, y la conciencia es el vehículo a través del cual trabaja la Esencia Espiritual, y esta Esencia Espiritual no es otra que el Espíritu Santo, manifestación Pura y Perfecta del DIOS CREADOR, no es otro que la manifestación visible de eso que no tiene nombre.

Ahora bien, todos los seres poseen su Corriente de Vida que los enlaza a ese GRAN SER que no tiene nombre. En estas Corrientes de Vida, en estos hilos, si se pueden llamar de esta forma, están precisamente los mecanismos a través de los cuales puede ser efectuada la telepatía y todas las diferentes formas de percepción que el ser humano tiene.

- La telepatía

En los planos más materiales y cercanos a este tridimensional, la telepatía es la facultad que tienen los seres humanos de comunicarse por otras vías, no precisamente materiales, no a través de lenguajes, no a través de las señas, no a través de los signos, sino más bien a través de las mentes, o bien a través de los plexos solares, o bien a través de las almas o de los espíritus.

- Alma

Entendemos por alma, la conciencia humana viajando en su propio cuerpo de manifestación y evolucionando a través de las diferentes encarnaciones en diferentes cuerpos físicos.

- Espíritu

Entendemos por espíritu esa conciencia superior, ahora conocido por muchos como la AMADA PRESENCIA. El término es similar en la manera como vamos a manejarlo a lo largo de estas páginas.

- Formas de telepatía

Por otra parte, la telepatía puede ser en diferentes niveles: Telepatía emocional, cuando el ser humano experimenta las mismas emociones que el resto de sus congéneres, que en todo caso, sería el contacto con el inconsciente colectivo; o bien, cuando el ser humano siente lo mismo que otra persona, en todo caso sería una conexión entre dos seres, una pareja, madre e hijo, etc. En esos casos, el contacto viene a través de los plexos solares.

Tenemos también la telepatía que se trabaja de mente a mente tal como la que estamos en estos momentos practicando y existe también la telepatía entre un grupo y un ser, entre un grupo y otro grupo, tal como la que ustedes realizan en su trabajo sobre el Quinto Rayo.

Quiero terminar esta primera sesión simplemente informando que la telepatía es algo que todos los seres humanos pueden tener, gracias al trabajo activo y consciente del chakra coronario, a través del cual bajan estas irradiaciones. Purificar el chakra coronario liberándolo de todas aquellas energías que tienen que ver con las falsas concepciones de la vida y de la realidad humana, es una de las tareas más importantes que todo estudiante de la verdad debiera tener presente.

- Personalidad.

Expliqué en la sesión anterior que la personalidad juega un papel importantísimo en toda práctica telepática. La personalidad es otro vehículo a través del cual se manifiesta el alma en evolución, pero la personalidad es efímera tal como lo es el cuerpo físico. La personalidad es transitoria, porque está formada de los elementos que cada ser tomó durante su crecimiento físico. La personalidad siendo un vehículo hasta cierto punto independiente del alma, busca también su campo de manifestación, y siendo la telepatía por el momento exclusiva de algunos cuantos, la personalidad no dudaría ni por un momento en utilizar todos sus artificios para simular una facultad de que carece. La personalidad tiene carencias porque se alimenta de todo aquello que está afuera del ser humano.

Mediten en esto: Si el Alma se forma de las experiencias que la conciencia vive en esta tridimensión, la personalidad lo hace de las mismas experiencias que se reciben en esta tridimensión. Sin embargo, mientras el alma está formada a la luz del espíritu, la personalidad lo hace a la luz del organismo físico. Así pues, el alma es al espíritu lo que la personalidad es al cuerpo.

Mediten en esto y que mis palabras sirvan para aclarar los conceptos que en otros tiempos han sido dejados inconclusos.


Extracto de La conexión Cósmica con las mentes terrestres.
Djwhal Khul

Plena confianza


Experimentando la no separación, contemplo lo más puro que hay en tu corazón y lo reflejo en estas cálidas palabras para que sientas tu gema interna brillar, y juntos podamos recordar que cuando un ciclo cósmico finaliza se presencia la caída del gran telón, en donde la ilusión de la vida lineal se abre paso hacia lo multidimensional, rompiendo viejos paradigmas. Este contexto agitado y movilizador requiere que la luz de tu paz interior esparza, con amor, plena confianza.
Amar, fluir, elevarse, perdonar y celebrar, solamente son algunas de las tantas palabras claves que habremos de hacer relumbrar para superar el examen que colectivamente aún no hemos rendido. La prueba consiste en permanecer abiertos y unidos, en medio del vendaval, cuando el caos global se intensifique. ¿Acaso imperará el temor? Todos tenemos el don de cambiar la percepción, y apreciar la adversidad como a una bella oportunidad donde el amor prevalezca.
Quien presta atención a la intuición reconoce, en su fuero interno, que nos esperan momentos aún más intensos, pues la energía que llega tiene el poder de remover todo a su paso. Muchas serán las estructuras que veremos caer, sin embargo nuestros espíritus podrán reconocer que en verdad todo se está transformando, ya que un nuevo nivel de vibración implica la profunda y necesaria renovación del cruento escenario que sirvió de soporte para vivir deshumanizados.
Estamos bien próximos a la caída del gran telón, que activa la consciencia cósmica y amplía los marcos mentales. Las señales marcan que restan muy pocos pasos para entrar en contacto con nuevas civilizaciones. ¿Recordás ahora por qué ésta era la época más hermosa y emocionante para encarnar? Así como lo hicimos durante este fructífero y apasionante peregrinar, tenemos que seguir teniendo fe y confiar en que todo siempre acontece para nuestro bien más elevado.
Confiar es iluminar. Confiar es abrirse a las nuevas enseñanzas. Seamos conscientes de nuestro inmenso poder co-creador, y confiando sumemos hebras de amor, para que el tapiz de la vida se renueve y resplandezca. De nosotros depende que esta experiencia terrenal sea recordada como la era en donde el corazón fue puesto al servicio de un nuevo amanecer, en donde todos los Seres Humanos nos abrazamos como hermanos, y juntos alumbramos con plena confianza.
Por Julio Andrés Pagano

Somos los artistas y somos la obra de arte

"Vengan a la orilla. Podríamos caernos. Vengan a la orilla. ¡Está demasiado alto!"

VENGAN A LA ORILLA Y vinieron. Y él los empujó. Y ellos volaron.


Con estas palabras, vemos un hermoso ejemplo del poder que nos espera cuando nos permitimos aventurarnos más allá de los límites, de lo que siempre hemos dado por cierto en nuestras vidas. En este breve diálogo del poeta contemporáneo Christopher Logue, un grupo de iniciados se encontraba en una experiencia muy distinta a lo que originalmente esperaban. En vez de quedarse simplemente en la orilla, su maestro los motivó lo suficiente para que fueran más allá de ella, de una manera tanto sorprendente como empoderadora.

Es en este territorio desconocido que lograron experimentarse de una manera totalmente nueva, y en su descubrimiento, encontraron una nueva libertad.


SOMOS LOS ARTISTAS Y SOMOS LA OBRA DE ARTE

Por muy absurda que esta idea pueda parecerle a muchas personas, es precisamente el punto crucial de las mayores controversias entre algunas de las mentes más brillantes de la historia reciente.

En una cita de sus notas autobiográficas, por ejemplo, Albert Einstein compartió su creencia de que somos esencialmente observadores pasivos viviendo en un universo que ya está en su lugar, en el que parecemos tener muy poca influencia: "Allá a lo lejos hay un mundo enorme," dijo, "que existe independientemente de nosotros los humanos y que se yergue ante nosotros como un enorme y eterno acertijo, por lo menos parcialmente accesible para nuestra inspección y raciocinio."

En contraste con la perspectiva de Einstein, todavía predominante en muchos científicos actuales, John Wheeler, físico de la Universidad de Princeton y colega de Einstein, ofrece una visión radicalmente distinta de nuestro papel en la creación. En términos que son osados, claros y gráficos, Wheeler dice: "Antes teníamos un concepto antiguo de que había un universo ahí fuera, [énfasis del autor] y que aquí estaba el hombre, el observador, protegido con toda seguridad del universo por una losa de vidrio templado de 15 centímetros de grosor." Refiriéndose a los experimentos de finales del siglo XX, que nos demuestran cómo simplemente al mirar algo, ese algo cambia, Wheeler continúa: "Ahora hemos aprendido del mundo cuántico que incluso para observar un objeto tan minúsculo como un electrón, debemos destrozar ese vidrio templado: tenemos que ponernos en contacto con el otro lado... Entonces, el antiguo término de observador debe ser sencillamente tachado de los libros, y debemos añadir la nueva palabra: participante."

¡Qué cambio tan radical! En una interpretación totalmente distinta de nuestra relación con el mundo en el que vivimos, Wheeler afirma que es imposible que solamente observemos que el universo que nos rodea suceda. Los experimentos en física cuántica, de hecho, demuestran que simplemente al observar algo tan pequeño como un electrón, enfocando nuestra conciencia en lo que el electrón está haciendo por hasta un sólo instante, sus propiedades cambian. El experimento sugiere que el puro acto de observar es un acto de creación, y que esa conciencia está realizando la creación. Estos descubrimientos parecen apoyar la propuesta de Wheeler de que ya no podemos considerarnos puramente como espectadores que no tenemos efecto en el mundo que observamos.

Pensar en nosotros mismos como participantes en la creación, en vez de simplemente pasar a través del universo durante el breve periodo de tiempo de toda una vida, requiere una nueva percepción de lo que es el cosmos y cómo trabaja. La infraestructura para una visión tan radical del mundo fue la base para una serie de libros y ensayos de otro físico de Princeton y colega de Einstein, David Bohm. Antes de su muerte en 1992, Bohm nos dejó dos teorías de vanguardia que ofrecen una visión muy distinta (y de alguna manera, casi holística) del universo y de nuestro papel en él.

La primera fue una interpretación de la física cuántica, que prepara el escenario para el encuentro y la amistad subsiguiente entre Bohm y Einstein. Fue esta teoría la que abrió la puerta a lo que Bohm llamaba la "operación creadora de los niveles subyacentes de la realidad." En otras palabras, él creía que hay planos más profundos o elevados de creación, que contienen el molde para lo que ocurre en nuestro mundo. Es desde estos niveles más sutiles de la realidad que se origina nuestro mundo físico. 

Su segunda teoría era una explicación del universo como un sistema único y unificado de la naturaleza, conectado en formas que no son siempre obvias.

Durante sus primeros trabajos en el Laboratorio de Radiación Lawrence de la Universidad de California (ahora llamado Laboratorio Nacional Lawrence Livermore), Bohm tuvo la oportunidad de observar pequeñas partículas de átomos en un estado gaseoso especial llamado plasma. Bohm descubrió que cuando las partículas estaban en el estado de plasma, actuaban un poco distinto a las unidades individuales, tal como las concebimos, y más como si estuvieran conectadas con otra como parte de una existencia más grandiosa.

Estos experimentos sentaron la base para el trabajo vanguardista por el cual Bohm es probablemente más recordado: su libro escrito en 1980: La totalidad y el orden implicado.

En este volumen transformador de paradigmas, Bohm propone que si pudiéramos ver el universo en su totalidad, desde un punto de vista más elevado, los objetos de nuestro mundo, de hecho aparecerían como una proyección de cosas que han ocurrido en otro dominio que no podemos ver. Él percibía lo visible y lo invisible como expresiones de un orden mayor y más universal Para distinguirlos, denominaba estos dos dominios como: "implicado" y "explicado."

Las cosas que podemos ver y tocar y que aparecen separadas en nuestro mundo (como las rocas, los océanos, los animales y las personas) son ejemplos del orden explicado de la creación. Sin embargo, por distintas que puedan parecer una de la otra, Bohm sugirió que están conectadas en una realidad más profunda en formas, que sencillamente no podemos ver desde nuestro lugar en la creación. Él veía todas las cosas que parecen separadas de nosotros como parte de una totalidad mayor, la cual llamaba orden implicado.

Para describir la diferencia entre lo implicado y lo explicado, nos dio la analogía de un raudal que fluye. Bohm describía la ilusión de la separación, usando como metáfora las diferentes formas en que podemos ver el agua correr en el raudal: "En este raudal, uno podría ver un patrón siempre cambiante de vórtices, ondas, olas, salpicaduras, etcétera, sin existencia, evidentemente separada como tal." Aunque las alteraciones del agua pueden lucir separadas ante nosotros, Bohm las veía íntimamente enlazadas y profundamente conectadas entre sí. "Dicha subsistencia transitoria, tal como puede ser poseída por estas formas abstractas, implica solamente una independencia relativa [énfasis del autor] en vez de una existencia absolutamente independiente," afirmaba. En otras palabras, todas son parte de la misma agua.

Bohm usaba dichos ejemplos para describir su percepción de que el universo y todo lo que él contiene (incluidos nosotros) puede, de hecho, ser parte de un patrón cósmico más grande en donde todas las partes son compartidas de forma equivalente entre sí. 

Encapsulando esta visión unificada de la naturaleza, Bohm asevera sencillamente: "La nueva forma de percepción puede quizá ser mejor llamada Totalidad indivisible en movimiento fluyente."

En la década de los setenta, Bohm ofreció una metáfora incluso más clara para describir la forma en que uno podría concebir el universo como un todo distribuido pero indivisible.

Reflexionando en la conexión de la naturaleza en la creación, se convenció aun más de que el universo trabaja como un gran holograma cósmico. En un holograma, cada porción de un objeto dado contiene ese objeto en su totalidad, solamente que en una escala menor.

Desde la perspectiva de Bohm, lo que vemos como nuestro mundo es, en realidad, la proyección de algo aun más real que está ocurriendo en un nivel más profundo de la creación. El nivel más profundo es el original: el implicado. En esta visión de "como es arriba, es abajo" y "como es adentro, es por fuera," los patrones están contenidos en el interior de los patrones, completos de por sí y distintos solamente en escala.

La elegante simplicidad del cuerpo humano nos ofrece un hermoso ejemplo de un holograma, uno que ya nos es familiar. El ADN de cualquier parte de nuestros cuerpos contiene nuestro código genético (el patrón completo de ADN) para el resto del cuerpo, sin importar de dónde viene. Ya sea que tomemos una muestra de nuestro cabello, una uña o nuestra sangre, el patrón genético que nos hace ser lo que somos, está siempre ahí en el código... siempre es el mismo.

Al igual que el universo está constantemente cambiando de lo implicado a lo explicado, el flujo de lo invisible a lo visible es lo que constituye la corriente dinámica de la creación. Es esta naturaleza constantemente cambiante de la creación, lo que John Wheeler tenía en mente cuando describió el universo como "participante", es decir, inconcluso y continuamente respondiendo a la conciencia.

Curiosamente, esta es precisamente la forma en que las antiguas tradiciones sabias sugieren que funciona el mundo. Desde los antiguos vedas de la India, que algunos eruditos datan de 5,000 a. C, hasta los Rollos del Mar Muerto hace 2000 años, un tema general parece sugerir que el mundo es actualmente el espejo de las cosas que están ocurriendo en un dominio más elevado o en una realidad más profunda. Por ejemplo, comentando las nuevas traducciones de los fragmentos de los Rollos del Mar Muerto, conocidos como Los cánticos del sacrificio del Sabat, sus traductores resumieron el contenido: "Lo que ocurre en la tierra es apenas un pálido reflejo de una realidad suprema mayor."

La implicación de la teoría cuántica y de los textos antiguos es que en los dominios invisibles creamos el patrón para las relaciones, las carreras, los éxitos y los fracasos del mundo visible. Desde esta perspectiva, la Matriz Divina trabaja como una gran pantalla cósmica que nos permite ver cómo la energía no física de nuestras emociones y creencias (nuestra ira, odio y enojo; así como nuestro amor, compasión y comprensión) se proyecta en el medio físico de la vida.

Al igual que una pantalla de cine refleja sin juicio la imagen de lo que sea o quien sea que haya sido filmado, la Matriz parece proveer una superficie imparcial para que nuestras experiencias y creencias internas se manifiesten en el mundo. A veces, conscientemente, a veces no, "demostramos" nuestras verdaderas creencias respecto a todo, desde la compasión hasta la traición, a través de la calidad de las relaciones que nos rodean. 

En otras palabras, somos como artistas expresando nuestras pasiones, miedos, sueños y deseos más profundos a través de la esencia viva de un misterioso lienzo cuántico. Sin embargo, al contrario del lienzo convencional de un pintor, el cual existe en un lugar en un momento dado, nuestro lienzo es de la misma materia que todo lo demás, está en todas partes y siempre presente.

Llevemos un paso más adelante la analogía del artista y del lienzo. Tradicionalmente, los artistas se separan de su obra y usan sus herramientas para transmitir su creación interna a través de una expresión externa. En el interior de la Matriz Divina, sin embargo, desaparece la separación entre el arte y el artista. Somos el lienzo, así como las imágenes en él, somos las herramientas, así como el artista que las usa.

La pura idea de que creamos desde el interior de nuestra propia creación, nos recuerda aquellos comunes personajes de Walt Disney en la televisión en blanco y negro en los años cincuenta y sesenta. Primero, veíamos la mano de un artista no identificado esbozando sobre un papel de dibujo un personaje de historietas famoso como el ratón Miguelito.

Mientras se formaba la imagen, de repente el dibujo se animaba y lucía real. Luego, Miguelito comenzaba a crear sus propios dibujos de otros personajes de historietas desde el interior del dibujo mismo. De repente, el artista original ya no era necesario y quedaba fuera del cuadro... literalmente.

Sin que se viera la mano por ninguna parte, Miguelito y sus amigos se encargaban por sí mismos de las vidas y las personalidades. Mientras todos dormían en el departamento de la imaginación, la cocina entera se animaba con gran deleite. Mientras el azucarero bailaba con el salero y la taza de té estremecía el mundo del mantequillero, los personajes dejaban de tener conexión alguna con el artista. Aunque esto pueda parecer una simplificación de cómo funcionamos dentro de la Matriz Divina, también ayuda a anclar la idea sutil y abstracta de que somos creadores, creando desde el interior de nuestras propias creaciones.

Así como los artistas refinan una imagen hasta que es exactamente correcta en sus mentes, en muchos sentidos parece que a través de la Matriz Divina, hacemos lo mismo con nuestras experiencias de vida. A través de nuestra paleta de creencias, juicios, emociones y oraciones, nos encontramos en relaciones, empleos y situaciones de apoyo y traición que se desempeñan con diferentes individuos en varios lugares. Al mismo tiempo, estas personas y situaciones a menudo se sienten insistentemente familiares.

Tanto como individuos, como en conjunto, compartimos creaciones de nuestra vida interior como un ciclo eterno de momento tras momento, día tras día, y así sucesivamente. ¡Qué concepto tan hermoso, extraño y poderoso! Igual que un pintor usa el mismo lienzo una y otra vez buscando la expresión perfecta de una idea, podemos pensar en nosotros como artistas perpetuos diseñando una creación siempre cambiante y sin final.

Las implicaciones de estar rodeados por un mundo maleable de nuestra propia fabricación son vastas, poderosas, y para algunos, quizá un poco temibles. Nuestra habilidad de usar creativa e intencionalmente la Matriz Divina, de repente nos empodera para alterar todo según como vemos nuestro papel en el universo. Por lo menos, sugiere que hay mucho más en la vida que sucesos casuales y sincronismos ocasionales con los cuales lidiamos lo mejor que podemos.

A fin de cuentas, nuestra relación con la esencia cuántica que nos conecta con todo lo demás nos recuerda que nosotros mismos somos creadores. Como tal, podemos expresar nuestros más profundos deseos de sanación, abundancia, alegría y paz en todo, desde nuestros cuerpos hasta nuestras relaciones.

Y podemos hacer esto conscientemente, en el momento y en la manera que deseemos.
Sin embargo, al igual que los iniciados en el poema de Christopher Logue al comienzo de esta Introducción necesitaban un pequeño "empujoncito" para que comenzaran a volar, todas estas posibilidades requieren de un cambio sutil no obstante poderoso en la forma que pensamos sobre nuestro mundo y sobre nosotros mismos. En este cambio, nuestros deseos secretos, nuestras metas más elevadas y nuestros sueños más atrevidos, aparecen de repente a nuestro alcance. Tan milagrosa como dicha realidad pueda sonar, todas estas cosas, y muchas más, son posibles en el dominio de la Matriz Divina. La clave es no solamente comprender cómo funciona, también necesitamos un lenguaje para comunicar nuestros deseos que sea reconocible para esta antigua red de energía.

Nuestras más antiguas, sabias y apreciadas tradiciones nos recuerdan que, de hecho, existe un lenguaje que habla con la Matriz Divina, un lenguaje sin palabras que no involucra las señales externas comunes de comunicación que hacemos con nuestras manos o cuerpos.

Proviene de una forma tan simple que todos ya sabemos cómo "hablarlo" con fluidez, de hecho lo usamos todos los días en nuestras vidas: es el lenguaje de las emociones humanas.

La ciencia moderna ha descubierto que a través de cada emoción que experimentamos en nuestros cuerpos, también pasamos por cambios químicos tales como pH y hormonas que reflejan nuestros sentimientos. A través de las experiencias "positivas" de amor, compasión y perdón, y de las emociones "negativas" del odio, el juicio y la envidia, cada uno de nosotros posee el poder de afirmar o negar nuestra existencia a cada momento del día.

Adicionalmente, la misma emoción que nos proporciona tal poder dentro de nuestros cuerpos, extiende esta fuerza en el mundo cuántico más allá de nuestros cuerpos. 

Puede ser útil pensar en la Matriz Divina como una manta cósmica que comienza y termina en el dominio de lo desconocido, y comprende todo en el intermedio. Esta cubierta tiene muchas capas de profundidad y está en todas partes todo el tiempo; ya está colocada en su lugar. Nuestros cuerpos, vidas y todo lo que conocemos, existe y toma lugar en el interior de sus fibras. Desde nuestra creación acuática en el vientre de nuestras madres, hasta nuestros matrimonios, divorcios, amistades y carreras, todo lo que experimentamos puede concebirse como "arrugas" en la manta.

Desde una perspectiva cuántica, todo, desde los átomos de materia y desde una brizna de pasto hasta nuestros cuerpos, el planeta, y más allá, puede ser concebido como una "alteración" de la suavidad de la tela de esta manta del tiempo y espacio. Quizá no es coincidencia que las tradiciones antiguas espirituales y poéticas describan la existencia de forma muy parecida. Los vedas, por ejemplo, hablan de un campo unificado de "conciencia pura" que impregna y penetra toda la creación. En estas tradiciones, nuestras experiencias de pensamientos, sentimientos, emociones y creencias (y todo el juicio que ellos crean) son vistas como alteraciones, interrupciones en un campo que de lo contrario sería liso y e inmóvil.

De manera semejante, la obra del siglo VI, el Hsin-Hsin Ming (que traduce Versos de la fe y la mente) describe las propiedades de una esencia que es el anteproyecto para todo en la creación.

Llamado el Tao, va más allá de las descripciones, al igual que lo vemos en los textos védicos. Es todo lo que es; el contenedor de todas las experiencias, así como la experiencia misma. El Tao es descrito como perfecto: "como el vasto espacio en donde no hace falta nada y no hay nada en exceso."

De acuerdo con el Hsin-Hsin Ming, es solamente cuando perturbamos la tranquilidad del Tao a través de nuestros juicios que la armonía nos evade. Cuando esto inevitablemente ocurre, y nos encontramos atrapados en sentimientos de ira y separación, el texto ofrece guías para remediar esta condición: "Para volver directamente a la armonía en esta realidad, cuando surja la duda, diga simplemente: 'No dos.' En este 'no dos' nada está separado, nada está excluido."

Aunque admito que vernos a nosotros mismos como una alteración de la Matriz puede quitarle un poco de romanticismo a nuestra vida, nos proporciona una manera poderosa para conceptualizar nuestro mundo y a nosotros mismos. Si por ejemplo, deseamos formar relaciones nuevas, sanas y que reafirmen nuestras vidas, dejar que entre a nuestras vidas el romance que sana o atraer una solución pacífica en el Medio Oriente, debemos crear una nueva alteración en el campo, una que refleje nuestro deseo. Debemos hacer una nueva "arruga" en la materia de la cual están hechos el espacio, el tiempo, nuestros cuerpos y el mundo.

Esta es nuestra relación con la Matriz Divina. Nos han dado el poder de imaginar, soñar y sentir las posibilidades de la vida desde la Matriz misma, para que podamos reflejar de regreso hacia nosotros lo que hemos creado. Tanto las tradiciones antiguas como la ciencia moderna han descrito el funcionamiento de este espejo cósmico; es el caso de los experimentos que compartiremos en los siguientes capítulos, y hasta demostraremos cómo funcionan estos reflejos en el lenguaje de la ciencia. Sin duda alguna, aunque estos estudios pueden resolver algunos misterios de la creación, también abren la puerta a preguntas incluso más profundas respecto a nuestra existencia.

Obviamente, no conocemos todo sobre la Matriz Divina. La ciencia no tiene todas las respuestas, con toda honestidad, los científicos ni siquiera están seguros de dónde proviene la Matriz Divina, y también estamos conscientes de que podemos estudiarla por otros cien años y, aún así, no encontrar todas las respuestas. Lo que sí sabemos, no obstante, es que la Matriz Divina existe. Está aquí, y podemos tener acceso a su poder creativo a través del lenguaje de nuestras emociones.

Podemos aplicar este conocimiento en una forma útil y significativa en nuestras vidas. Al hacerlo, no puede negarse nuestra conexión con los demás y con todas las cosas. Es a la luz de esta conexión que podemos comprender lo poderosos que en verdad somos. Desde el lugar de la fortaleza, que dicha comprensión ofrece, tenemos la oportunidad de convertirnos en seres más pacíficos y más compasi- vos, trabajando activamente para crear un mundo que refleje estas cualidades, y más. A través de la Matriz Divina, tenemos la oportunidad de enfocarnos en estos atributos en nuestras vidas, aplicándolos como nuestra tecnología interna de sentimientos, imaginación y sueños. Cuando lo hacemos, tenemos acceso a la verdadera esencia del poder de cambiar nuestras vidas y el mundo.
Extracto de La Matriz Divina. 
Gregg Braden


sábado, 7 de julio de 2012

EL MIEDO ES “EL GUARDIÁN DEL PORTAL” EN EL ASCENSO A LA MULTIDIMENSIONALIDAD.


Hoy trataré un tema que considero de crucial importancia en los tiempos que atravesamos. Está a la orden del día y aumenta, conforme la Tierra atraviesa el escenario de la tercera y cuarta dimensiones, basadas en la dualidad, para adentrase en la multidimensionalidad de la llamada 5ª dimensión.
Se trata del incremento del miedo en los habitantes del Planeta, o por lo menos, en los que quedan dentro del marco geográfico de la Civilización Occidental, gobernada actualmente a “golpe” de crisis en todos los ámbitos.
El decidirme a escribir sobre él se debe a que últimamente han venido a mi “realidad” muchas personas que están lidiando con el miedo en diferentes grados. Estos “mensajeros” externos han hecho que me replantee la necesidad de hablar sobre el tema y, aunque mi experiencia fue atravesar un miedo extremo por lo paralizador que llegó a ser (tenía miedo del propio miedo) y no todas las personas tengan que pasar por eso, sí me capacita para trasmitir una luz de esperanza a aquellos que se encuentren debatiéndose en semejante estado de desasosiego.
Recuerdo que en los momentos más agudos del miedo, cuando ya había tomado la determinación de atravesar aquel lamentable estado de conciencia, sólo me encontré una persona que me dijo: “Mari Carmen, no te molestes en explicar el miedo que sientes, no te van a entender”.
Con estas palabras y su presencia, yo sentí la energía empática de esa persona de elevada conciencia, que también había lidiado con el miedo en su camino, y eso fue tremendamente sanador para mí.
Para acceder a los espacios multidimensionales de la 5ª dimensión, es imprescindible transcender la dualidad en uno mismo. Transcender el programa de separación nos lleva a la Conciencia Crística del Amor Incondicional que todo lo abarca y todo lo integra.
El miedo procede de la dualidad, de la conciencia de separación, del juicio y de la culpa, con la inconsciente demanda de castigo de esta última.
Cuando una persona está realizando el camino hacia su interior, tarde o temprano se encuentra con la tremenda labor de integrar los opuestos dentro de sí misma. Se enfrenta con la tarea más difícil que pueda encontrar un ser encarnado en la Tierra, en vías de su Realización: Esta es una palabra mayor… no todas las personas tienen esa meta como prioridad en su vida, ni tampoco la voluntad necesaria para conseguirla.
Para que una persona se lance a realizar tamaña empresa, tiene que haber llegado a la convicción, por lo menos intelectualmente, de que no es una víctima de nada ni de nadie y sí un creador responsable de todo lo que hay creado en su vida y en todas sus circunstancias.
Ello supone un cambio total de paradigma. De pensar que hay que cambiar el exterior, que las causas del sufrimiento vienen de fuera, del mundo externo, que la culpa la tienen los demás… a llegar a entender que el cambio real sólo puede hacerse dentro de uno mismo y que uno es el generador de todas sus condiciones vitales; es cambiar la programación mental como si diésemos la vuelta a una tortilla, ese es el primer paso para recuperar nuestro poder innato.
El poder de cambiar y crear otra vida en consonancia con nuestro Ser Superior y por extensión de ello, aportar una diferencia positiva en la vida de las personas que nos rodean. De hecho, esta toma de conciencia del propio Poder, es requisito imprescindible para acceder a la 5ª dimensión, que no es dual.
Mientras se está atravesando la 4ª dimensión, todavía se piensa que el poder está fuera de uno. Así pues, en esa dimensión dual, se cree en la magia, rituales, gurúes, soluciones y remedios externos, religiones, crisis… etc. Se cede el poder personal a un sinfín de elementos externos. Por ello aquí subsiste la conciencia de víctima, con la falsa creencia de que la “salvación” o el “castigo” está fuera de uno, que alguien tiene que venir a salvarnos desde fuera o, en el peor de los casos, a castigarnos. Todo menos responsabilizarnos de nosotros mismos y de nuestra creación.
Cuando por fin una persona alcanza la conciencia de 5ª dimensión, sale de la ilusión de víctima, entiende que es un creador. Sabe que su “granito de arena” es muy importante en la ecuación total de liberación del Planeta. Comprende que no tiene que cambiar a nadie más, que al hacer su propio cambio interno, ya está realizando el gran trabajo que vino a hacer en esta dimensión: SALVAR EL MUNDO DENTRO DE SÍ MISMO.
Si cambia su visión, su manera de percibir el mundo, si limpia su “viga en el ojo”…lo que sucede simultáneamente, es que cambia el mundo que ve; porque un observador con la conciencia amorosa de Cristo hace milagros con sólo mirar.
La valentía y el tesón que se ha necesitado hasta llegar a este punto del proceso ascendente es resultado de una enorme labor interior con sus correspondientes modificaciones externas; la acción que sigue a esa toma de conciencia es necesaria para concretar en la dimensión física esos cambios interiores. No hay ascenso ni liberación sin cambio. Pretender encarnar la Luz del Espíritu permaneciendo en la inercia de lo viejo es una quimera...
En esos momentos la persona se encuentra con un nuevo reto, del que creo yo, por la experiencia que me tocó vivir, que no existe mucha información al respecto. Por eso nuevamente me veo impulsada a escribir con la intención de que pueda servir de claridad a otras personas.
Al acceder a la conciencia de 5ª dimensión, uno se encuentra con la individualización de sentirse “hijo amado de Dios” o, lo que es lo mismo, siente un AMOR POR SÍ MISMO, como jamás había sentido ni recibido desde el mundo dual, que siempre ama a cambio de algo, de manera condicionada.
Toma conciencia con mayor claridad de que todo lo que existe y ha existido en su vida, es una creación suya, aunque la haya creado desde la inconsciencia.
Generalmente, en este punto de conciencia, nos encontramos envueltos por una creación externa asfixiante en muchos aspectos, que ya no refleja el Ser Soberano que, de manera inconfundible, hemos sentido que Somos con la iniciación de la 5ª Dimensión.
Comprobamos que hemos llegado a esa creación como resultado de haber cedido nuestro poder a las expectativas de los que nos rodearon y a los “dramas de control” que “jugamos” con ellos, sin ser conscientes de eso. Sólo seguimos la inercia de lo que creíamos que debíamos hacer en su momento.
No hay juicio en ello. Además, en esos momentos, aunque nos dijeran que estamos actuando desde programas erróneos, no nos lo creeríamos en absoluto. Por ello siempre “aparece el maestro cuando el alumno está preparado”: no antes.
Sigue la dinámica del Observador de la Física Cuántica.
Lo importante es que nosotros ya no somos el mismo que dio lugar a esa vieja creación. Hemos sentido la Gran Iniciación del Amor (Bautismo), inundando con su Luz todo nuestro ADN lo que ha transformado nuestra materia desde su mismo centro medular.
Esta nueva conciencia posibilita que veamos las cosas y, a nosotros mismos, desde otro prisma, con mayor claridad y profundidad. Además de sentir la mejor “herramienta” y la única con la que se puede acometer esta nueva empresa: MUCHO AMOR POR NOSOTROS MISMOS para descender a los espacios más tenebrosos de la psique y confrontar los viejos “dragones” interiores.
Ahora el nuevo enfoque irá encaminado a deshacer la vieja creación, atrapada físicamente en el cuerpo, en lo que se llama “memoria celular”.
No se trata de escapar del mundo o evadirse de la vieja creación: se trata de traer esa Luz que corresponde a nuestro Ser Soberano, AQUÍ Y AHORA, encarnándolo y transmutando las viejas memorias, a la vez que transformamos de manera plástica sus correspondientes circuitos neurobioquímicos.
Circuitos neurobioquímicos que están emitiendo una determinada energía desde nuestro campo, dando lugar a la atracción, o al mantenimiento, de las personas o de las condiciones dolorosas, o de vibración densa, que existen en nuestra vida.
En este punto de inflexión, la persona sabe que es un creador y sabe que la creación que ha hecho externamente es un reflejo de su “Sombra”, o inconsciente. O, si queremos, también podemos llamarle “aspectos” dimensionales internos o memorias celulares coaguladas en la materia de su cuerpo físico.
Estos momentos resultan abrumadores. Generalmente la persona se pregunta: “¿Cómo puedo encontrarme en este estado tan confuso y temeroso después de haber hecho tanto trabajo interior?”
Percibe de manera más clara su dualidad… pero ahora el trabajo consiste en zambullirse de lleno, con la Luz del Espíritu, en esa dualidad sin rechazar absolutamente nada. Esto parece sencillo, pero quien esté realizando este trabajo sabe lo difícil que resulta.
Permitir dentro de uno la lucha de los opuestos, además en forma de verdadera batalla energética interna, que se siente totalmente real, es como “descender a los infiernos”.
Sabemos, por esa lucidez que ahora nos acompaña, que tenemos la conciencia alterada por esas energías dimensionales que están emergiendo y batallando entre sí, dentro de nosotros; pero saber esto no nos exime del dolor emocional que experimentamos interiormente, sintiendo toda la carga energética que tuvieron desde el momento en que se formaron y quedaron atrapadas en nuestras carnes.
Por ello, lidiar con esta contienda interior, al principio, es tan difícil… Gracias a la progresiva encarnación de la Luz, nos sentimos más capacitados para confrontar esa gran batalla de la dualidad dentro de nosotros. Bajo la Luz del Amor, que lo permite todo sin juicios, es, como podemos integrar tamaño enfrentamiento de energías.
No olvidaremos tampoco que en todo este proceso la tendencia es a resistirnos: La resistencia es contracción y la contracción es…¡MIEDO!.
Miedo que puede llegar a paralizar a la persona, como me ocurrió a mí durante muchos años, sin entender, entonces, qué me estaba ocurriendo.
En aquella época no encontré a nadie que pudiese darme algún tipo de luz al respecto, excepto la persona que he señalado al principio. A veces, al contrario, las interpretaciones externas de personas “intelectualmente espirituales”, fueron demoledoras y muy poco amorosas. Tampoco encontré lectura informativa sobre esto, con lo cual, y como fue norma en mi Camino, tuve que echar mano de mis desconocidos (aún por descubrir) recursos internos y con la guía amorosa del Espíritu, atravesar todos los miedos que, al emerger simultáneamente, me habían dejado incapacitada durante un largo tiempo.
Ahora, después de tantos años en el Camino, miro hacia atrás y puedo ver con perspectiva qué es lo que me sucedió entonces y la razón de todo aquello.
Cuando uno va adentrándose en la multidimensionalidad de su SER, tiene que integrar la totalidad de las memorias dimensionales que emergen conforme va descoagulándose la materia de su cuerpo físico, como resultado del proceso ascendente hacia vibraciones superiores.
…Memorias que se formaron a lo largo de muchas vidas pasadas y de muchos futuros probables puestos en marcha en ellas. En estas memorias se encuentra todo el bagaje experimentado durante el viaje del alma en la dimensión de la dualidad…Memorias que contienen toda la gama de contenidos positivos y negativos, pasados y futuros, probables o potenciales…Unas memorias que contienen absolutamente, TODO…
Para acometer tan tremenda empresa de integración, ya no nos sirve el intelecto procedente de “la caja” de los viejos conceptos, ahora toca meterse en ellas, de lleno, cuando afloren en la superficie de la conciencia, inundándonos con intimidantes contenidos mentales y feroces luchas energéticas, que no podemos entender: sólo SENTIR.
Toca ir más allá de la mente. Y eso es aterrador. La mente, acostumbrada siempre a querer tenerlo todo bajo control, ahora se topa con energías y sensaciones a las que no encuentra lógica ni explicación.
Aquí es cuando la mente, en su inercia de mantener todo bajo el control del intelecto, comienza a asociar el miedo con experiencias pasadas, que se convierten en disparadores del miedo presente y que paralizan a la persona con el miedo anticipatorio al futuro, en una rueda que parece no va a terminar nunca y cuyo culmen son las fobias.
¿Cómo vamos a comprender el origen, la acumulación energética de todos los sufrimientos, carencias, separaciones, pérdidas, enfermedades, la multitud de formas de morir…etc., y que están petrificadas desde el pasado o desde los futuros probables o desde todo el “banco de memoria del colectivo”, literalmente en nuestras carnes? ¿Cómo vamos a utilizar la mente para abrazar tales energías que no pertenecen al ámbito del viejo entendimiento lineal? No es posible esto.
Sólo desde el Amor Incondicional y la aceptación total que nos PERMITE SENTIR TODO, podemos llegar a la LIBERACIÓN. Y, a ella sólo se llega tolerando lo que nos parecía intolerable.
No quedará juicio ni para nosotros ni para nadie y así accederemos a los espacios multidimensionales del SER UNO.
Sabremos que el mundo que percibimos es reflejo nuestro. Cuando ya no haya acción reactiva ni juicio ante él, habremos “salvado el mundo” dentro de nosotros. Sentiremos que ya Somos, ya estamos en la Nueva Tierra pronta a manifestarse.
Para mí el miedo, ha sido mi gran maestro de aprendizaje y disciplina para permanecer en el PRESENTE. Era tan duro sentirme en esa especie de cárcel mental de barrotes hechos de miedo, que no podía salir de allí si no era atravesándolo, así sentía los intensos contenidos emocionales que se disparaban por activadores externos, en determinados momentos. Confieso que fue abrumador durante años, pero finalmente lo atravesé, yendo más allá de mi mente.
Esa sensación desagradable e intensa, que se anticipaba al futuro, dilatando y proyectando el sufrimiento para ese futuro, sólo la pude desactivar sintiéndola en el presente: lo que me llevó a estar en un estado de PRESENCIA casi permanente.
Cuando alguna vez, surge alguna vieja memoria para integrar, sea mía o del consciente colectivo, ya tengo la suficiente maestría para permitirla y sentirla en el AHORA, sin evadirme de ella, sabiendo que en ese instante estoy transmutando densidad por más Luz encarnada del Espíritu, o lo que es lo mismo: CAMBIANDO MIEDO POR AMOR.
En esa acción de estar en el AHORA, es cuando somos totalmente creadores conscientes desde el Poder del SER. Y no es ni más ni menos que permanecer en QUIETUD ante cualquier circunstancia o en cualquier confrontación interna. Ese es el objetivo.
Jesús decía que mientras estuviésemos en el mundo (dualidad) tendríamos que estar, vigilantes…
…Vigilantes para permanecer en el AHORA, ya que: “Cada día, trae su propio afán”.
En la época en que estaba más paralizada por el miedo, hasta el extremo de que salir de casa era para mí una auténtica odisea anticipatoria, con sus correspondientes “somatizaciones” físicas del miedo, las “herramientas” que más me ayudaron a transcender aquel penoso estado de conciencia, fueron tener la certeza de que desde el SER había un Amor absolutamente incondicional e inmutable hacia mí (yo ya lo había experimentado en carne propia, tras salir mi kundalini por la coronilla...)
No obstante, bajo aquel estado de bloqueo, no lo podía sentir como lo tuve los meses posteriores a la sublime experiencia, por mucho que yo luchase por volver a tener aquel maravilloso estado de conexión, pero sí sabía que, a pesar de todo, estaba ahí... Era como la certeza de saber que el Sol siempre está brillando en el cielo aunque, de cuando en cuando, lo tapen los nubarrones y no podamos verlo ni sentir su calor.
Esa certeza fue lo primordial para embarcarme en la acción voluntaria e imprescindible, para transcender aquel “desierto” que, durante un período de mi vida, se adueñó de mí.
A partir de ella surgieron “herramientas” a poner en práctica para salir de la penosa paralización en la que estaba. Afirmaciones cargadas de Voluntad Superior que me pusieron en movimiento hacia adelante, como:
“DETRÁS DE ESTE MIEDO, ESTÁ MI LIBERACIÓN”.
Así me ponía en marcha, sabiendo que la acción era de suma importancia en este trabajo para dejar los circuitos neurobioquímicos nuevos, más allá del miedo, impresos en mi cerebro y en la bioquímica de mi cuerpo y por supuesto, activados en mi ADN.
“EN LA CAPACIDAD QUE TENGO DE ACEPTAR, DE TOLERAR, DE SENTIR…MI VULNERABILIDAD, MI DEBILIDAD, MI HUMANIDAD… RESIDE MI PODER”.
No se trataba de negar lo que estuviera sintiendo, fuera la emoción que fuese, ni de negar las circunstancias que me contraían por el miedo y la resistencia, o de negar, incluso, cualquier malestar físico o somatización…se trataba de enfocarme en que detrás de ellas, atravesando esa incomodidad y se presentase como se presentase, estaba la Verdad que Yo Soy, estaba mi LIBERACIÓN.
Es como meterse en “el ojo del huracán”, en el “Punto de Quietud” o Punto Cero, en dónde se conecta con todos los potenciales milagrosos del SER.
Llegar a este punto central de la cruz, es lo que ejemplifica Jesús en la Crucifixión. Con ello se transmite que todos los opuestos, horizontales y verticales, de todas las dimensiones del pequeño universo que somos cada uno de nosotros, se unifican en el centro de la cruz o Punto Cero, pero antes de ello, ha tenido lugar una batalla interna representada en la agonía de Getsemaní.
Esto es una dinámica que se da a lo largo de todo el Camino de integración interior, sólo que en las últimas etapas se siente como si no hubiera “velos” que pudieran amortiguar el dolor que produce la confrontación de las energías.
Así pues, si la tendencia era a huir, a no querer confrontarme con lo que emergiese…ahora se trataba de ir adquiriendo la maestría para permanecer en QUIETUD, ACEPTANDO, PERMITIENDO, RESPIRANDO…SIN MODIFICAR NADA…SIN JUSTIFICAR NADA…SIN PENSAR…SÓLO SINTIENDO Y DANDO ESPACIO A LA CONTIENDA QUE SE DESARROLLABA EN EL INTERIOR, CON TODA LA PACIENCIA QUE ME FUERA POSIBLE.
Claro, de esta manera y con este enfoque, mi creación vieja paralizante, ante tal batalla interior, iba transformándose en una creación cada vez más liberadora y jubilosa, además de dejar en mí esa maestría de poderme situar en el AHORA, en dónde reside verdaderamente nuestro PODER CREADOR.
Gracias a Dios, todo aquello ya pasó y yo me siento enormemente agradecida por ello. Disfruto muchísimo de todas las cosas pequeñas, esas que para otros puedan parecer insignificantes. Yo las valoro muchísimo porque me pasé años en un estado que me impedía disfrutar de VIVIR EN EL AHORA.
Y con gran júbilo y alegría, el ADN que sané y activé en mí, con nueva información, emite a través de la unión de nuestros respectivos Campos, una energía que facilita la sanación a otras personas que están haciendo su Camino y en ocasiones, pasando por el mismo miedo extremo que yo pasé, transfiriéndose de un ADN a otro ADN, unos códigos con la información de desactivación del miedo.
Esto lo he constatado, con gran alegría, en varias personas que se han ido recuperando del miedo ancestral, visceral, que las tenía paralizadas durante años. Esto es algo que sólo puede entender quien ha pasado por ello.
Personalmente, reconozco que estas recuperaciones son, de lo más jubiloso que he sentido en mi vida: Ver cómo otras personas se van liberando y recuperando su PODER, es uno de los mejores obsequios que una persona puede recibir. Además de ver reflejado lo mejor de mí misma en ellas; lo peor de mí ya me costó lo mío integrar y transcender.
Cuando las veo tan recuperadas, tan llenas de esperanza y ánimos renovados, realizando su propio e intransferible Camino interior, doy gracias al Padre y reconozco que todo lo que tuve que pasar y transcender, con tanto esfuerzo, tesón, respeto y amor por mí misma, mereció la pena.
Realmente la Vida es un escenario maravilloso para experimentarnos a nosotros mismos, viviéndola, “impregnándonos” en ella, tomando conciencia de nuestros claros y oscuros, reconociendo por contraste, gracias a ellos, Quienes Somos de verdad. Y mientras, vamos realizando el viaje de regreso hacia la Casa del Padre, como “El hijo pródigo” hacia los brazos de su Padre.
Este es realmente un viaje para los AUTÉNTICOS. Llegados a este punto evolutivo, ya no sirve “hablar de boquilla” ni desde las teorías mentales porque sólo desde la autenticidad del que se ha metido de lleno en la experiencia de la Vida, siguiendo su propia “brújula del alma” para salir de las “tormentas” en él mismo, se tiene la capacidad para transcender el miedo. Se adquieren así las frecuencias que le sirven como llave para neutralizar al “Guardián del Portal” hacia la multidimensionalidad del SER.
Esa es nuestra Herencia Divina: El Tesoro o Reino de los Cielos, que decía Jesús.
Un Campo energético que ha sido unificado a través de transmutar e integrar las frecuencias del miedo por las frecuencias del AMOR, es un Campo que irradia una energía muy poderosa, capaz de regenerar positivamente todo lo que entra en su radio de acción.
Una vez comprendido todo esto, sólo nos queda llevarlo a la práctica, a la total Realización. Sabiendo que conforme ascendemos a los espacios multidimensionales del SER, cuyas frecuencias no tenemos conceptos humanos para entender, los próximos pasos a seguir, serán abandonarnos a Él, aceptando el hecho de que no sabes qué hay más allá…pero ya prima en ti la total CONFIANZA de que Él te lleva…y tú ya no quieres otra cosa que eso.
Y Él te lleva de la mano…cuando permaneces en ese PUNTO DE QUIETUD en el que has aprendido a estar, en el que te transfiguras en su “Recipiente” para integrar todos los “aspectos” dimensionales dentro de ti mismo, te conviertes en “Recipiente” del Espíritu, del Todo lo que Es, que tú Eres, que Yo Soy.
UN ABRAZO DESDE EL ALMA CON TODO MI AMOR: