Crecer, crecemos en un Orden Perfecto, Divino, donde no intervenimos, cada célula, cada átomo, cada partícula de nuestro cuerpo obra de manera "milagrosa", y pasamos de ser un cigoto a ser una persona, es un proceso abtruso para la mayoría.
Una creación única, para cada quien su tiempo, su forma, individual, irrepetible, cada uno con su historia, su legado, su don, su capacidad, su función.
Diversos, tantas variables, tantos pensamientos, tantas emociones, tantas capacidades diferentes, cada uno con su estructura particular, singular, en combinaciones tan complejas como el crecer mismo.
Responsables de dones individuales, particulares e intransferibles, que nos hacen protagonistas de una creación mayor, maravillosa, muchas veces incomprensible, capaz de robarnos el sueño, que nos obliga a otro crecimiento, ese que no es mecánico, no se produce por si mismo como si fuera un derecho inalienable por el simple hecho de nacer, es otro crecimiento, uno que hay que elegir.
Esa elección, la que representa un nuevo nacimiento, nos va a llevar por nuevos caminos. Caminos hasta ese momento desconocidos, muchas veces difíciles de transitar, hasta que la Luz comienza a brillar, y comenzamos a darnos cuenta del secreto, un secreto a viva voz, que no estábamos preparados para escuchar: "no sos vos, soy yo".
Comienza entonces a través de la introspección, un sendero propio de sanación emocional, es simple más no fácil, requiere de constancia, perseverancia, de instrucción, de aceptar la guía de un Maestro que haya transitado ya ese camino y revele en su vida la Luz que ha logrado con su propio trabajo interior, hasta que logramos conectar con nuestro maestro interno, el guía que conoce todo sobre nosotros, que nos eleva en conciencia, nos lleva a la iluminación.
Quién logra seguir el sendero de comprometerse consigo mismo para transformarse, sabe que es invaluable el resultado, no se puede transferir, no existen palabras que den una pista de lo que representa la vivencia de lograr resolver un conflicto, darse cuenta que el otro es lo que nos está mostrando lo que necesitamos para transformar una emoción discordante en comprensión, compasión, ver, sentir y vibrar la Luz de Amor en nuestro interior!
Los conflictos que vemos todos los días en el exterior no son más que el espejo de nuestros conflictos internos, que se vuelven contra nosotros afectando nuestra salud mental, emocional, y física cada vez que permitimos que gane la ignorancia, el egoísmo, el orgullo, la soberbia, el chisme, la difamación, solo nosotros con nuestra decisión de hacer una elección consciente de observarnos y descubrirnos cuando obramos de forma egoísta,
u orgullosa, u opinando sin tener conocimiento certero del tema, ignorando derechos de otros, no importa con cual demos el paso inicial, una a la vez, iremos logrando paz interior, luego de ese comienzo, ese fín inicial, veremos en el exterior una nueva Luz.
SPAVO
Saludo galáctico que significa "Gracias por asumir tu poder"
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