Probablemente, también en esto te han "comido el coco" con el siguiente razonamiento consumista: "Disfrutar de un poema de un paisaje o de una pieza musical es una pérdida de tiempo, lo que debes hacer es producir tú mismo un poema, una composición musical o una obra de arte. Pero incluso el simple producir es de escaso valor en sí mismo; tu obra debe ser, además conocida. ¿De que vale, si nadie la conoce? Más aún; aunque sea conocida, no significa nada sino se gana el aplauso y el reconocimiento de la gente. ¡Tu obra sólo alcanzará el máximo valor cuando sea popular y se venda!." Ya estás de nuevo en manos de los demás y sometido a su control... Y, según ellos, el valor de una acción no radica en que sea algo querido y disfrutado por sí mismo. sino en que tenga éxito.
No debes pensar que, para que el amor brote en tu corazón, tienes primero que conocer a las personas. Eso no sería amor, sino atracción o compasión. Si es amor, en cambio, lo primero que nace en el corazón al contacto con lo real. No un amor por una determinada persona o cosa, sino la realidad del amor, una actitud, una disposición de amor. Y este amor irradia entonces al exterior, hacia el mundo de las cosas y las personas.
Anthony de Mello, S.J. (1931—1987) Sacerdote jesuita famoso por sus libros y conferencias de espiritualidad, donde mezclaba la doctrina judeo-cristiana con el budismo.
De Mello nació en Bombay (India) en 1931. Sintiendo el llamado para el sacerdocio, inició sus estudios en la Compañía de Jesús, en Poona. Transcurrida esta trascendental etapa de su vida, se graduó en psicología, carrera que siguió en Estados Unidos, según la sugerencia y consejo del Padre Mann, provincial de la Orden.
Comenzó dirigiendo ejercicios espirituales para jóvenes novicios; que fueron el punto de partida para su carrera pública como director de almas, labor que continuaría durante toda su vida. Se basó en la metodología, los principios y la fuerza de los Ejercicios de Ignacio de Loyola, que había aprendido en España. Pero había agregado los ingredientes propios de su personalidad tan especial; y fueron numerosos sus retiros para la renovación del espíritu.
Participó en el Movimiento de Renovación Carismática, con gran intensidad. Ambas experiencias fueron la base de lo que vendría después.
Murió en la Universidad de Fordham, de un fulminante ataque cardiaco, la misma noche de su primer día en Nueva York, el 1 de junio de 1987 y tres meses antes de cumplir los cincuenta y seis años.
Sus restos descansan en el Cementerio de la Iglesia de San Pedro, en la ciudad de Bandra (India), donde había sido bautizado.
Posteriormente a su muerte, en 1998, la Congregación para la Doctrina de la Fe (dirigida por el entonces cardenal Ratzinger) investigó sus escritos y calificó algunos de ellos como «incompatibles» con la fe católica.
Algunas ediciones de sus libros llevan una hoja de precaución que indica: 'Los libros escritos por el padre Anthony de Mello fueron escritos en un contexto multireligioso para ayudar a los seguidores de otras religiones, agnósticos y ateos en su búsqueda espiritual, y el autor no pretendió que fueran un manual de instrucciones sobre la fe católica en la doctrina y dogmas cristianos.'[1]