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NAMASTÉ!!!

"Te advierto, quien quieras que fueres, ¡Oh! Tú que deseas sondear los arcanos de la naturaleza, que si no hallas dentro de ti mismo aquello que buscas, tampoco podrás hallarlo fuera. Si tú ignoras las excelencias de tu propia casa, ¿cómo pretendes encontrar otras excelencias? En ti se halla oculto el Tesoro de los Tesoros ¡Oh! Hombre, conócete a ti mismo y conocerás el universo y a los Dioses." ORACULO DE DELFOS

domingo, 10 de junio de 2018

Tercer principio (2/2)

MARAVILLOSA Semana!!!
Construye tu destino
Por Wayne W. Dyer

Tercer principio (2/2)

EL PODER ESTÁ EN TI, PERO NO ES SÓLO TUYO

El poder y la magia de este mundo no se pueden reservar para el uso exclusivo de nadie, incluido tú. Está disponible en todo momento, pero no pertenece a nadie. Lo que haces como ambientorganismo es establecer contacto con una energía que se encuentra más allá del dualismo del plano terrenal y que, sin embargo, está conectada con él al mismo tiempo, es separada pero inconfundible.
La forma de establecer contacto consiste en comprender esta energía. Todo lo que existe sobre el plano físico experimenta la luz y la oscuridad. Si siempre hubiera luz no tendríamos un concepto de la oscuridad. Pero hay algo que no conoce la oscuridad, la fuente de toda luz, el sol. Esta fuente se encuentra más allá de la dualidad del plano físico, y es con ella con la que debes contactar si quieres potenciar tu fuerza interior.
La energía del sol no te pertenece, pero siempre podrás recurrir a ella. Esa energía no está sometida a las leyes de la dualidad, como tampoco lo está tu espíritu, que es la fuente de tu divino poder. Aún así, depende de ti que la utilices o no.
No puedes poseer este poder más de lo que puedes poseer y controlar el entorno. Poseerlo significa que te separas de él. Aparece entonces un poseedor y algo que es poseído, y eso viola el principio de tu existencia como ambientorganismo. Eres un ser holístico, y eso significa que en ti confluyen la energía no dual y la energía física, y que puedes hacer uso de ambas.
Es usted un ser completo. En consecuencia, para poder comprenderte a ti mismo, tienes que asimilar primero que eres un ambientorganismo.  Conceptualizarse a uno mismo como un ser físico y espiritual separado de su entorno supone eliminar toda posibilidad de conocer tu estado holístico. Por el contrario, reconocer ese estado te ayudará a destruir la ilusión de que eres un ser aislado y a percibir tu relación con el mundo que te rodea. Esto te dará una fuerza que jamás podrías imaginar si te dejaras guiar por tu ego.


VERSE A UNO MISMO COMO UN HOLOGRAMA

Uno de los modos más fascinantes de verse a uno mismo en la forma que describo en este tercer principio consiste en contemplar un holograma y luego proyectarse en él. Si fueras capaz de ver de algún modo a toda la humanidad, junto con todo lo demás que existe simultáneamente, tendrías una visión de la naturaleza holográfica del universo. Tal como son las cosas, sólo puedes ver diminutos segmentos de la tierra a un tiempo.
Un holograma es una imagen fotográfica tridimensional obtenida con rayos láser. Lo singular de un holograma es que un pequeño segmento contiene toda la imagen. Al descomponer y proyectar un diminuto fragmento del holograma, muestra una imagen completa del objeto.
El holograma es una representación perfecta del ambientorganismo. Tu entorno lo incluye todo, lo vivo y lo muerto, y tú puedes atraer su energía hacia ti porque, desde un punto de vista holográfico, tú formas parte del todo. Tú eres sólo una pequeña imagen física que refleja a toda la humanidad cuando se proyecta espiritualmente sobre la pantalla cósmica. Todos y cada uno de nosotros somos la totalidad de la humanidad. No puedes escapar a esa verdad.

La imagen de los hologramas se puede aplicar intrínseca y extrínsecamente. Se puede cortar un diminuto fragmento de tu cuerpo y proyectarlo a través de un rayo láser, y todo tu cuerpo se verá reflejado a partir de ese fragmento diminuto. Todas y cada una de las células de tu ser contienen la energía de todo tu ser. En un nivel extrínseco, tú eres uno de esos segmentos que reflejan a toda la humanidad como un holograma.
Desgraciadamente, los pueblos del mundo todavía tienen que aplicar esta realidad a su forma de vida. La idea de que cada uno de nosotros está conectado al resto de la humanidad se abrirá paso con el tiempo, y entonces será imparable. La historia nos muestra cómo nos hemos configurado en naciones, con diversas ideologías, como capitalismo, socialismo, totalitarismo, comunismo, monarquía y democracia, que a menudo trascienden la importancia de la propia humanidad. Nos hemos clasificado sobre la base del aspecto físico y de las identificaciones nacionalistas, como italiano, estadounidense y japonés. Además, nos hemos subdividido en clases basadas en los niveles económicos o en las características de nuestras profesiones.
Los países se dividen a tu vez en derecha e izquierda políticas, en creencias religiosas, y la división continúa hasta descender a las familias y, finalmente, a los individuos. Este proceso de división es exactamente lo contrario del modelo holográfico de nuestra realidad.
Esencialmente, tanto si nos gusta como si no, los seres humanos somos iguales en todas partes. Compartimos emociones como temor, amor, odio y celos. También compartimos la sangre que nos da vida, la entremezclamos para la supervivencia de aquellos que la necesitan, y tenemos los mismos órganos internos y los mismos pensamientos. Y, sin embargo, nuestros egos persisten en seguir realizando el trabajo de la división.
Cuando nos contemplamos como seres individuales, fomentamos nuestra inclinación a dividirnos, lo que nos aleja de nuestra naturaleza divina y de la posibilidad de manifestar nuestro destino. Necesitamos controlar el conflicto interno que nos hace dividirnos. El ego fomenta esa inclinación con pensamientos como los siguientes: la diferencia entre lo que soy y lo que debería ser; cómo me comporto y cómo debería comportarme; cómo era y cómo soy ahora; debería ser como dicen los demás; lo desconcertado que me siento en realidad; lo que pienso y cómo me siento; cómo me veo a mí mismo y lo bien que me parecen los demás; cuánto gano y cuánto ganan los demás y lo mucho que necesito. La lista es potencialmente interminable.
Todo este conflicto, como resultado de nuestra propensión a dividirnos y subdividirnos en el nivel mundial, nacional, social e individual, no es más que una expresión de caos. No podremos aportar orden al mundo o a nuestras vidas mientras no logremos reconocer que, en realidad, todos los seres humanos somos hologramas de la humanidad. Todos reflejamos al conjunto, y es esencial que empecemos a pensar de esta forma.
Cuando uno se reconoce en el holograma que es la humanidad, se conecta con todo lo que hay en su entorno a un nivel energético. Un ambientorganismo es un fiel reflejo de todo, y la energía que compartes, es compartida por todos. Esto permite que puedas utilizar la energía universal que está en todas partes, en cualquier momento, proyectándote metafóricamente para reflejar el todo. Una vez que puedas efectuar esta proyección sin dudas o reservas, podrás ver literalmente cómo tus pensamientos y deseos no están únicamente dentro de ti, sino que están dentro de toda la humanidad, que es abundantemente ilimitada. Para conseguir esto, sólo tienes que dejar de guiarte por tu ego y creer plenamente que eres un ambientorganismo.
Como ambientorganismo eres un individuo singular que sólo constituye una parte de la imagen, pero al mismo tiempo contienes la totalidad de esa imagen. Además, el contenido de tu conciencia, que difiere de una persona a otra, también es holográfico por naturaleza. La conciencia es la condición mental de estar despierto. Tus pensamientos individuales, aunque sólo forman una parte de la imagen total de la conciencia humana, contienen simultáneamente toda la conciencia humana.
Como en un holograma, tus pensamientos reflejan los pensamientos de todos. Tus pensamientos, desde esta perspectiva, se pueden proyectar de tal manera que conecten con toda la humanidad. Tus pensamientos están conectados literalmente con los pensamientos de todos los demás, lo mismo que tus emociones, tus deseos y todo tu mundo interior. Puedes aprender a utilizar esta conexión para alimentar tu propia divinidad y, en consecuencia, por definición, la divinidad de toda la humanidad.
La naturaleza del holograma y tu naturaleza como ambientorganismo son una misma cosa. La energía que abarca tu humanidad está en todo aquello que te rodea. Tú eres el todo y el todo eres tú. No estáis separados. El Bhagavad Gita sintetiza este concepto de la forma más profunda que he encontrado nunca. Procura memorizar estas palabras sagradas mientras practicas el arte de la manifestación espiritual en tu vida cotidiana. Te serán de utilidad dondequiera que estés, y en cualquier aspecto de tu vida actual que consideres incompleto.



Aquel que comprende que el Señor de todo es siempre lo mismo en todo lo que es (inmortal en el campo de la mortalidad), ese ve la verdad. Y cuando un hombre comprende que el Dios que hay en sí mismo es el mismo Dios que hay en todo lo que es, no se hace daño a sí mismo causando daño a los demás. Es entonces cuando, de hecho, sigue el camino superior.

La frase clave en este profundo pasaje es «en todo lo que es». Ahí estamos incluidos tú, yo y todo lo que es. Tú eres el todo, y el todo eres tú. Utiliza algunas de las sugerencias que se indican a continuación para poner en práctica esta comprensión y experimentar verdaderamente este tercer principio de la manifestación espiritual.


SUGERENCIAS PARA VIVIR ESTE PRINCIPIO

Haz un esfuerzo consciente por controlarte cuando empieces a pensar cosas que reflejen separación. Imagínate como una parte de todo lo que ves, e intenta proyectar la energía de tus pensamientos en todos los seres vivos del planeta.
Sustituye el pronombre «nosotros» por el pronombre «ellos» y envía energía sagrada a tus compañeros de trabajo, familiares, extraños y a la gente a la que sólo ves en la televisión. Di en silencio: «Yo soy estas personas», «Yo también estoy en esos árboles y en esas nubes», «Somos verdaderamente el mundo y no estoy separado de nada ni de nadie». Esta práctica interior te ayudará a abrazar la idea de que eres un ambientorganismo, en lugar de un organismo situado en un entorno.Contempla la energía que es tu fuerza vital. Olvídate de tu cuerpo y de tus pensamientos, y centra la atención en la fuerza vital invisible que sostiene tu mismo ser, y que también se conoce como chi o prana. Ve si puedes percibirla objetivamente y procura hacer también lo mismo con la energía de alguien cercano a ti. Observa a esa persona y olvídate de tu cuerpo. Centra la atención en la idea de que ambos compartís la misma energía y de que por lo tanto sois la misma persona en ese nivel de energía.
Observar la propia energía y la energía de aquellos que te rodean es una forma de ponerse en contacto con la esencia espiritual de todos y de todo. La conciencia de esta conexión te ayudará a utilizar tu energía para atraer aquello que deseas, puesto que la fuerza vital también está presente en todo lo que deseas manifestar en tu vida.

Confía en la sabiduría de tus sentimientos. Cuando sientes algo siempre hay una razón. Puedes evitar que te domine la opinión de los demás no depositando tu confianza en algo que tu corazón no sienta.
Confía en la sabiduría de tus sentimientos, porque nacen de la seguridad de tu experiencia de la vida. Al confiar en tus sentimientos, confías en la energía que conforma el universo. Esos sentimientos son el vínculo que te une a la fuerza vital del universo, y nunca debes ignorarlos en favor de algo que tu corazón no aprueba.

Practica el ser amable, respetuoso y cariñoso hacia la fuerza vital que se manifiesta en todas las cosas. En otras palabras, demuestra con tu comportamiento que el Dios que hay en todo lo creado es importante.
Vivo cerca del mar durante la mayor parte del año, ya sea en Florida o en Hawai. Una mañana paseaba por la playa en Florida cuando miles de pequeños y diminutos peces plateados se vieron arrastrados por el agua hasta la orilla. Todos ellos saltaban de un lado a otro, boqueando, en busca de agua. Empecé a arrojar los peces de regreso al océano, que estaba ahora un poco más tranquilo.
Mientras intentaba devolver los peces al mar, un hombre pasó por mi lado y se rió de mis esfuerzos. Dijo algo así como: «¿Es que no se da cuenta de la inutilidad de su tarea? Hay miles de peces en la orilla, y sus esfuerzos no servirán de nada». Yo me incliné y devolví otro pez al agua, al tiempo que respondía: «Para este habrán servido de mucho». Recuerda que tus esfuerzos siempre serán útiles, aun cuando estés convencido de que son minúsculos comparados con la magnitud del problema.
Ser suave, respetuoso y cariñoso con otra persona o criatura tiene una gran importancia, tanto para ti como para el otro. La energía del amor se envía hacia el universo y conecta con la misma esencia del amor que existe en todas las cosas. Esto no contradice en absoluto la existencia de una cadena alimenticia natural, sino que implica que el amor, el agradecimiento, el respeto y la amabilidad se extienden a todo, incluso a aquello que forma parte de tu dieta.
La energía de ese alimento también sirve para sustentar la vida y, en último término, toda criatura y todo ser se convierte en alimento para otros seres, incluido tú mismo. En esencia, todos somos el alimento del mañana. El universo absorve todas las formas y las transforma en una forma nueva, mientras que la energía almacenada en esa forma es eterna.

• Hazte el propósito de pasar cada día un tiempo a solas y en silencio, meditando sobre este principio. Repite el principio una y otra vez, como un mantra silencioso: «Yo no soy un organismo en un entorno, sino un ambientorganismo». Al repetir estas palabras para tus adentros, terminarás por proyectar esta realidad hacia el exterior.
Este es el principio de tu proyecto de manifestación, porque la manifestación no es sino la materialización de un nuevo aspecto de ti mismo, con el que siempre has estado conectado a un nivel espiritual.
• Convierte el espacio donde se desarrolla tu vida en algo tan sagrado como te sea posible. Bendice todo cuanto te rodea y busca la vida que aportan las plantas, las flores y los animales. Dedica algún tiempo a contemplar tu espacio vital como un lugar sagrado.
Cuanto más vivifiques tu entorno con pensamientos y sentimientos sagrados, tanto más espiritualmente conectado te sentirás. La asunción de una actitud de espacio sagrado atrae automáticamente a tu mundo más que una actitud de indiferencia u hostilidad. Un entorno hostil alimenta el descontento e impide que aquello que necesitas y deseas se manifieste en tu vida.
Esto es evidente en las grandes ciudades, donde se muestra muy poco respeto por el entorno inmediato: se han cortado los árboles, se han eliminado los parques y la mayoría de todo eso se ha visto sustituido por cemento, tiendas, rascacielos y autopistas. Cuando los constructores o los habitantes de un lugar no hacen honor al espacio, alejan el alma.
Lo que se manifiesta entonces es un mundo hostil, aterrador, en el que no hay cariño, un mundo poblado por gentes que perciben las cosas de ese modo. Restaurar la naturaleza y todo lo que sea natural para la vida y en aquellos lugares de los que ha sido desterrada en nombre del desarrollo y los beneficios, constituye una forma de devolver la energía que se manifestará en forma de amor, felicidad y prosperidad.
El poeta sufí Rumi escribió un poema hace casi un milenio, titulado «El mercado de semillas», que refleja esta conciencia.

El mercado de semillas

¿Puedes encontrar otro mercado como éste? 
¿Donde, 
con tu propia rosa,
podrías comprar cientos de rosales?
¿Donde,
por una semilla,
podrías obtener toda una selva?
¿Por un débil aliento, el soplo divino?
Has tenido el temor de ser absorbido en la tierra o arrastrado por el aire.
Ahora, tu gota de agua se va y cae en el océano, de donde vino.
Ya no tiene la forma que tuvo, pero sigue siendo agua. La esencia es la misma.
Esta entrega no es un arrepentimiento, sino un profundo honor a ti mismo.
Cuando el océano se acerque a ti como amante, cásate en seguida, rápidamente,
por el amor de Dios.
¡No lo retrases!
La existencia no tiene mejor don.
Ninguna búsqueda encontrará esto.
Un halcón perfecto se ha posado, sin razón alguna, sobre tu hombro, y se ha hecho tuyo.
De Rumi básico
• Sé consciente de cómo tus juicios te impiden conectarte con aquello que estás juzgando. Un juicio implica que te consideras como algo separado de aquello que juzgas. Recuerda que es posible contemplar el mundo sin condenarlo, sin tener absolutamente ningún juicio o interpretación, sino simplemente permitir que sea como es.
Es el ego lo que hace que mantengas ese apego por la idea de la individualidad, cosa que, naturalmente, inhibe tu conciencia de este tercer principio. Tu ego analiza, condena, define, evalúa, interpreta y juzga casi todo. Esfuérzate diariamente por desprenderte de esa idea y aprender a verte como una parte de todas esas personas y cosas que ahora estás juzgando. Cuando la necesidad de juzgar desaparezca, significará que finalmente has comprendido que formas parte de aquello que estás juzgando. Tu juicio no es más que una definición de ti mismo.
Como ambientorganismo, verás que el juicio es casi imposible y eso te permitirá utilizar tu energía de una forma mucho más productiva y amorosa, para manifestar aquello que deseas, en lugar de juzgar a los demás.

• Diviértete imaginando que eres un holograma. Si recuerdas que eres una pieza diminuta de la humanidad, reflejada en tu pequeña imagen y personalidad, entonces dispondrás de luz verde para reflejar a la humanidad que te gustaría ver en tu mundo. Eres un fragmento diminuto de un holograma compuesto aproximadamente por seis mil millones de piezas, y eres un reflejo de esos seis mil millones de piezas en cada momento de tu vida.
Probablemente tu cerebro racional tendrá dificultades para asimilar este concepto. Si es así, echa un vistazo a un holograma tridimensional y trata de imaginar con tu mente racional cómo es posible que un solo y pequeño fragmento pueda reflejar el todo. Eso no es algo que pueda entender tu cerebro. Has de entenderlo con tu corazón. Intenta verte de este modo, desde tu corazón, y podrás experimentar la increíble fuerza que tienes como parte del holograma del mundo.

Este es el tercer principio de la manifestación espiritual. Todos nosotros somos simultáneamente nuestro propio ser y también todo aquello que está fuera de nosotros. No podemos separarnos de nuestro entorno mientras estemos en un cuerpo físico. Si somos conscientes de esto, entraremos en contacto con la energía de la atracción, que es el tema del cuarto principio. LA ENERGÍA COMO UNA FUERZA QUE PODEMOS UTILIZAR.

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