Te puedo asegurar que hay mucho que aprender y ganar con esta práctica de la sana meditación. Yo mismo la he utilizado con resultados maravillosos. Otros que han practicado la meditación de una manera regular han experimentado cambios espectaculares en sus vidas y han podido manifestar lo que previamente creyeron imposible.
Al empezar a abrirte a esta práctica nutricia del alma, que canta los sonidos de la creación, dedica algún tiempo a volver a leer atentamente los otros ocho principios. Una vez que inicie la práctica de estas dos meditaciones diarias de la manifestación, necesitarás confiar en tu yo superior y meditar con un amor incondicional. Revisar los otros ocho principios te ayudará a encontrar la confianza y el amor que necesitas.
He estudiado atentamente una gran cantidad de literatura espiritual antes de escribir este séptimo principio. Utilizar los sonidos para cambiar las vibraciones de nuestra frecuencia es una práctica espiritual que ha permanecido en la sombra durante siglos. Muchos de los antiguos maestros ocultaban los secretos de la manifestación por temor a que fueran mal utilizados. En esta época de revolución espiritual, la receptividad individual y colectiva ha permitido la reaparición de estas prácticas espirituales y nos ha revelado su gran valor. Utilizar el sonido para nuestras meditaciones puede transformar espectacularmente nuestras vidas y permitir que seamos conscientes de nuestra capacidad colectiva de manifestar un mundo libre de las exigencias y la mezquindad del ego.
Me siento bendecido por tener un maestro espiritual, Shri Guruji, que ha puesto a mi disposición estas meditaciones para que las enseñe a otros que se muestren abiertos a estas ideas. He escrito sobre ellas a medida que las he ido conociendo, y presento este séptimo principio sabiendo que estarán en conflicto con las experiencias condicionadas vividas por muchos de mis lectores. No obstante, sé que son válidas y te animo a abrir tu mente a tu capacidad singular de manifestar lo que deseas en tu vida y, más particularmente, para conseguir que la espiral ascendente y evolutiva del planeta se libere de las garras del ego, que exalta la separación de la fuerza misma de la creación.
Este séptimo principio se refiere a la utilización del sonido como herramienta para abrirnos al potencial y al poder de nuestra fuerza creativa. Los sonidos tienen la capacidad de generar la habilidad para atraer aquello que deseamos. Las palabras clave para definir este principio las encontrarás en el título del siguiente apartado.
LOS SONIDOS TIENEN PODER
Los sonidos son una energía poderosa. Cada sonido es una vibración hecha de ondas oscilantes en una frecuencia concreta. La gama de frecuencias que puede captar el oído humano es aproximadamente de entre dieciséis mil y cuarenta mil vibraciones por segundo. En un nivel superior de la escala, con vibraciones cada vez más rápidas, está la electricidad, a aproximadamente cien millones de vibraciones por segundo. A dos mil millones de vibraciones por segundo encontramos el calor. La luz y el color se encuentran a quinientos mil millones de vibraciones por segundo, y un rayo X se manifiesta a dos billones de vibraciones por segundo. Existe la teoría de que los pensamientos y las desconocidas dimensiones etérea y espiritual se encuentran en el ámbito de las vibraciones muy intensas, más allá de todo lo que se pueda calcular en estos momentos. Las frecuencias vibratorias son, claramente, la naturaleza misma de nuestro universo material.
El sonido, tal como lo escuchamos, ocupa un lugar muy bajo de la escala, justo por encima de las formas o los sólidos en cuanto a su velocidad de frecuencia. El sonido es el intermediario entre la idea abstracta y la forma concreta del mundo material. Los sonidos moldean literalmente el mundo abstracto del pensamiento y del espíritu en formas. «Hágase la luz, y la luz se hizo», es la descripción bíblica de la creación. O, en otras palabras: «Que las vibraciones de luz emanen de mi orden».
En los antiguos ritos ceremoniales, las palabras, los sonidos y las formas se combinaban para alcanzar ciertos fines. La forma de cada una de las letras de una palabra indicaba un sonido. Y cada sonido se utilizaba con un propósito determinado.
Los sonidos influyen sobre nosotros de mil diferentes maneras. Un “eidófono” es un instrumento formado por la superficie tensada de un tambor, sobre la que se extiende una sustancia pastosa. Los sonidos y las palabras se pronuncian luego por debajo de la superficie, y producen diferentes figuras y formas en la pasta. Algunas de estas son réplicas de animales, flores y otras creaciones de la naturaleza. Al utilizarse arena, en lugar de pasta, la arena forma figuras y diseños geométricos que se corresponden con las letras del alfabeto. Si los sonidos son estridentes y desagradables, producen formas desagradables. Los experimentos de esta naturaleza ilustran el impacto que pueden tener los sonidos sobre nosotros.
Los sonidos discordantes y hostigantes de las máquinas, como los golpes sordos, los chirridos y sonidos ásperos que bombardean nuestra conciencia, hacen difícil que podamos sentirnos serenos y en paz. Los sonidos discordantes pueden provocar enfermedad interna. Pero el sonido tiene propiedades curativas cuando es armonioso y suave. La curación se produce con el acompañamiento de armonías suaves y de la música de la naturaleza entreverada en el silencio espiritualmente nutritivo.
Además de curar, el sonido se utiliza en el proceso de creación, que es lo que nos interesa para este séptimo principio de la manifestación espiritual. Al utilizar los sonidos de la naturaleza que están en mayor consonancia con el acto de la creación, empezamos a atraer la forma material que deseamos de esas frecuencias mucho más altas y que nuestros sentidos no pueden procesar.
Ten en cuenta que el sonido es la frecuencia vibratoria que hay entre el mundo de la materia sólida o de la forma, tal como la conocemos, y las frecuencias vibratorias superiores del mundo sin forma del espíritu universal. Aprender a utilizar el sonido es un modo de utilizar tu poder para manifestar el pensamiento en el mundo de la forma. Manifestar es saber cómo establecer contacto con esa frecuencia vibratoria espiritual, mientras vivimos dentro de un cuerpo, en un mundo materializado.
El sonido es la única frecuencia vibratoria que podemos utilizar y cambiar con nuestros sentidos. Todas las demás frecuencias se hallan más allá de nuestra capacidad de aprovechamiento y no podemos utilizarlas para cambiar nuestra frecuencia vibratoria. Presta atención a las palabras y sonidos porque pueden atraer influencias positivas o negativas a tu vida. Los sonidos armoniosos son los que más contribuyen a una vida equilibrada y creativa.
Pero antes de abordar el uso de los sonidos acerca de la meditación, es necesario que aprendas a prepararte para utilizar esos sonidos en tus meditaciones diarias. La manifestación no se hace con la mente. Debes acceder a un método que te lleve más allá de la mente, a un estado de conciencia que trascienda tus pensamientos. Este estado superior de la conciencia, situado más allá de la mente, se llama siddhi.
COMPRENDER LA CONCIENCIA SIDDHI
La conciencia siddhi es un estado perfecto de conciencia en el que hay una completa ausencia de duda y no se produce ninguna dilación entre el origen de un pensamiento y su materialización en el mundo de la forma. Es un estado ilimitado del ser en el que la creación ocurre instantáneamente, sin que haya un lapso temporal entre el pensamiento y la forma. Al contemplar este estado de gracia, nuestras mentes empiezan a cuestionar inmediatamente esta idea y nos proporcionan las numerosas razones que hacen que sea imposible.
La conciencia siddhi, sin embargo, no tiene absolutamente nada que ver con la mente. Procura tenerlo bien claro. La conciencia siddhi está más allá de la mente. Este estado de gracia no tiene nada que ver con la mente, cuya naturaleza es un constante monólogo interior. La mente está obsesionada por un ilimitado número de deseos que nunca pueden quedar adecuadamente satisfechos. Puedes proporcionar grandes placeres a tu cuerpo con alcohol y sexo, darle fantásticos automóviles y deliciosas comidas de gourmet, masajearlo y proporcionarle toda clase de otras delicias imaginables. A la mañana siguiente, una vez que se haya recuperado, tu mente tendrá preparada una nueva lista de exigencias impresas en tu frente, pidiendo más y más cosas de las que nunca tiene bastante. Esta es la naturaleza de la mente, que está gobernada por el ego.
Tu mente, pues, sólo es una barrera para experimentar la conciencia siddhi, en la que estás en un estado de bendición y completa aceptación y en la que tus deseos y tu experiencia de la vida son una misma cosa. Tu mente impide que veas este estado superior de tu conciencia. En lo más profundo de ti mismo está la conciencia de que existe un estado de perfección, en el que tu capacidad para atraer lo que deseas es más inmediata y menos aleatoria que cuando es la mente la que está a cargo de la situación. Con la conciencia siddhi estás en paz y tu sabiduría interior empieza a sustituir a tus pensamientos.
Utilizar el sonido al nivel de la conciencia siddhi es como emplear un lenguaje diferente. Tu yo superior tiene su propio lenguaje. Cuando nuestro cuerpo está en la más completa quietud y totalmente en el presente, el pensamiento desaparece. Entonces puedes iniciar el exquisito proceso de meditar con el sonido. Es esta magia de la meditación con el sonido la que voy a explicar en el séptimo principio. Es una técnica que te llevará más allá de las limitaciones del ego y de la mente, hasta un lugar dentro de ti mismo desde el que podrás cambiar tu frecuencia vibratoria a través del uso de los sonidos de la creación.
El acto de la creación es en sí mismo un sonido. Cuando lo comprendas y lo utilices, el sonido intensificará tu percepción de la conciencia siddhi que hay dentro de ti.
LA MAGIA DE LOS SONIDOS DE LA CREACIÓN
Al empezar a incorporar en tu conciencia estas ideas sobre el poder del sonido, que va más allá de la oscuridad de tu mente y conecta con la luz de tu yo superior, piensa en las siguientes palabras con las que se inicia el evangelio de Juan, en el Nuevo Testamento: «En el principio existía la Palabra y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios».
La palabra «Dios» tiene el mismo sonido que se encuentra prácticamente en todos los nombres del creador original. En la historia de la humanidad, incluidas las culturas primitivas, las religiones orientales y occidentales y otras tradiciones, se describe siempre a un creador de la palabra y de la humanidad. He aquí una lista de nombres utilizados para designar al creador. ¿Puedes identificar el sonido que coincide en todos estos nombres?
Ra
Tat
Krishna
Sugmad
Rama
Gaiana
Buda
Mahanta
Waaken Tonka
Mahavira
Adonai
Anu
Brahma
Khoda
Siddha
Akua
Ahura Mazda
Atva
Shiva
Nanak
Jehová
Osenbula
Maheo
Yahvé
Kami Sama
Dios
Nagual
Ato
Kali
Durga
Alá
El sonido que aparece claramente en todos estos nombres utilizados para designar al creador es el de aaah. Este es el sonido de la creación y también el de la alegría. Aaah expresa un sentimiento de bienaventuranza y alegría. Los sonidos de la creación y de la alegría son sinónimos.
No es ninguna casualidad que el nombre para designar al creador en todas las lenguas contenga el sonido aaah, ya que es el único que los seres humanos producimos sin el menor esfuerzo simplemente al espirar y sin necesidad de mover los labios, la lengua, la mandíbula o los dientes, dejando que el sonido aaah fluya hacia el exterior. Si movieras cualquiera de esas partes de tu cuerpo, el sonido cambiaría. Aaah es el sonido de la perfección, no hay esfuerzo, como en la creación misma, perfecta y sin esfuerzo.
Este sonido de aaah, el sonido de la creación, es el que deberás utilizar al practicar el lenguaje de la conciencia siddhi. El sonido te lleva más allá del incesante diálogo que tienes contigo mismo en tu mente. Al repetir el sonido de aaah durante tu práctica meditativa de la manifestación, estás repitiendo literalmente el nombre de Dios.
En Reflejo del sí mismo, Swami Muktananda ofrece estas palabras a los devotos que desean conocer más sobre el estado de la conciencia siddhi.
Explicó que estos nombres de Dios tienen combinaciones específicas de sílabas inherentemente poderosas que poseen la capacidad de despertar la experiencia de Dios dentro de nosotros. Durante la meditación, los antiguos sabios vocalizaban los sonidos vibrantes en los diferentes chakras del cuerpo. Pronunciar estos sonidos nos familiariza, quizá por primera vez, con la sutil fuerza de Dios que hay dentro de nosotros mismos.
Hace más de dos mil años, Patanjali estableció sus famosos yoga sutras, diseñados para guiar a quienes buscaban el estadio superior de la conciencia, conocido como conciencia siddhi. Muchos millones de personas que han estudiado sus yoga sutras consideran a Patanjali como el mayor científico del mundo interior que haya vivido jamás.
Patanjali ofreció el siguiente consejo a los estudiantes que buscaban el poder del estado superior de la conciencia: «Repetid y meditad sobre Aum». Aum es un símbolo para el sonido universal de la creación. Patanjali explicó que, cuando se abandona el cuerpo, la mente desaparece y lo que se escucha entonces es el sonido de aum. Repetir este sonido provoca la desaparición de los obstáculos y un despertar a una nueva conciencia superior que es la energía creativa. Cuando practicamos, nos convertimos realmente en el mismo sonido universal. Es el yoga (la conjunción) del observador y el observado.
Cantar continuamente el nombre de Dios es el consejo que dan los maestros de la autoconciencia a quienes buscan participar en el acto de la creación y la manifestación. El sonido de aaah es el sonido de Dios. Repítelo varias veces y experimentarás inmediatamente una sensación de alegría y plenitud. Convierte la repetición del nombre de Dios en una práctica meditativa diaria y te transformarás literalmente a ti mismo en este sonido universal de la creación. Llegarás a formar una unidad con el sonido que media entre el mundo de la forma y las más altas frecuencias del mundo espiritual.
La meditación del sonido aaah será más completa si desarrollas una imagen mental de tus capacidades creativas para manifestarte. Una forma de lograrlo consiste en verte a ti mismo como un generador que proyectara energía vibratoria con el sonido aaah de Dios. Imagina que el sonido emana a través de las aberturas chakra de tu cuerpo, conectándolo con lo que quieres atraer o crear en tu mundo de la forma.
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