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domingo, 5 de agosto de 2018

Medita al sonido de la creación (2/2)

MARAVILLOSA Semana!!!
Construye tu destino
Por Wayne W. Dyer

Séptimo principio
Medita al sonido de la creación (2/2)


LA MEDITACIÓN DE LA CREACIÓN
Y LOS DOS CHAKRAS MANIFESTADORES

Del total de siete chakras del cuerpo, hay dos que son significativos para aprender esta técnica de la manifestación. El chakra base o centro del sexo es uno de ellos, y el chakra del tercer ojo, o chakra de la mente, situado entre las cejas, es el otro. Imagina que existiera en tu cuerpo un canal entre el chakra base y tu tercer ojo. Vas a aclarar este pasaje imaginario entre estos dos chakras y a sentir cómo abres el tercer ojo, de modo que puedas proyectar imaginariamente tu energía manifestadora para que salga por la nueva abertura.

El chakra base es el centro de la procreación. El chakra del tercer ojos es el del propósito de la manifestación. Piensa en tu tercer ojo, que es invisible para el ojo desnudo, como aquella parte de ti mismo que establece contacto con el mundo físico. El chakra del tercer ojo puede registrar voluntariamente o ver las vibraciones de dimensiones situadas más allá del plano físico, pero sólo si puedes convencerte a ti mismo de esta verdad y desatascas esta abertura. Estás intentando abrir tu tercer ojo a través del lenguaje de tu conciencia siddhi, utilizando tu cerebro racional, que mantiene al mismo tiempo que esto es una tontería y una imposibilidad.

Recuerda que el sonido de aaah es el de la alegría, al mismo tiempo que el sonido de Dios («En el principio existía la Palabra»); piensa en el sonido que acompaña al proceso de la procreación. El sonido aaah es el que se escucha más comúnmente en el acto mismo de la procreación y sucede con mucha frecuencia que el nombre de Dios se repite varias veces cuando una nueva alma llega desde el mundo de lo invisible al mundo de la forma materializada: «¡Oh, Dios!», «¡Oh, Dios mío!», « ¡Aaah!».

Inicialmente, esto puede parecer incluso divertido, a pesar de lo cual es válido e incontrovertible que se trata de pistas universales para el proceso de la manifestación. La energía liberada a través del chakra de la raíz o base es la que produce la procreación. ¿Y qué ha ocurrido? Una liberación de energía desde el chakra base recibida por otro chakra base, y un alma que se conecta para pasar de lo invisible al mundo de la forma, todo ello acompañado por el sonido de aaah. No cabe la menor duda acerca de esto. La energía liberada a través del chakra del tercer ojo es llamada recreación o manifestación.

Aprender esta técnica de manifestación del sonido no supone en realidad más que abrir el canal que existe entre estos dos chakras de tu cuerpo. Al repetir el sonido aah de la manera que he descrito al final de este séptimo principio, al sentir que la energía asciende desde el centro de la procreación hasta el tercer ojo y, en último término, al abrir ese tercer ojo con tu propia energía etérea, mediante la utilización de este sonido, sitúas en el mundo una energía incondicionalmente amorosa que producirá la creación del deseo de tu corazón. Con la manifestación, liberas energía desde el «chakra de la mente» o tercer ojo, y lo conectas con aquello que deseas.

Tal como Muktananda recordó repetidamente a sus seguidores: «Captar una visión fugaz de la belleza de la realidad es un don que se hace posible a través de la Shaktipat (la energía divina transferida directamente), y a través del poder de repetir el nombre de Dios, ya sea por medio del cántico, la oración o la repetición de un mantra». Y, según nos enseña el gran maestro, con una práctica firme nos liberaremos de todo aquello que nos impide vivir constantemente en la conciencia de que «todo esto es Dios, todo esto es Dios» (Darshan Magazine, septiembre de 1994, pág. 3).

Abrir el tercer ojo es un ejercicio interior que consiste en situar la atención en el tercer ojo, o chakra de la mente, y proyectarse a través de él, sintiendo la alegría que va asociada con el sonido. Se experimenta dejando los límites del cuerpo físico y abrazando aquello que uno quiere manifestar, para traerlo consigo. Es sintonizar con la vibración de la creación abandonando las limitaciones del cuerpo/mente y abriendo el canal entre el centro de la procreación y el centro de la manifestación. Una vez que este pasaje se ha despejado de obstáculos, uno se encuentra inmerso en la gracia de una bienaventuranza que nutre el alma, con la repetición cotidiana de la meditación aaah.

Introduce la meditación del sonido en tu práctica matinal. Estarás armonizándote entonces con un sonido de paz y alegría, y participarás de la idea de que tú y Dios sois uno en el sentido universal. El sonido hará llegar hasta ti esa conciencia, puesto que no se trata de una palabra que la mente pueda tomar y distorsionar en un modelo dominado por el ego. Es un sonido que trasciende el funcionamiento racional de la mente.

He creado una cinta de cassette y un disco compacto titulados Meditaciones para manifestar, que te guiarán a través de esta meditación matinal, utilizando mi voz para ayudarte a centrarte en el sonido. Además, esta grabación te guiarán también a través de la segunda meditación, que tiene lugar por la noche, y que también pone el énfasis en el chakra del tercer ojo. No obstante, el énfasis de la meditación nocturna para la manifestación es diferente. Aquí se presta atención a la gratitud por todo aquello que se ha manifestado en la vida Y ese es también el tema del noveno y último principio.

EL SONIDO DE AQUELLO QUE ES MANIFESTADO

Hay un segundo sonido que refleja la frecuencia vibratoria de las manifestaciones en el plano físico. Este sonido es Om. Si redujeras todo lo que puedes observar en el plano físico a su vibración última de sonido, escucharías el sonido Om. Es aquel en el que meditaban las mujeres de la antigüedad cuando traían a sus hijos al mundo. Mientras que aaah es el sonido de la creación, Om es el sonido de aquello que ya ha sido creado. Om expresa gratitud por todo lo que se ha manifestado.

Existe una relación básica entre nuestro nivel de conciencia y las vibraciones del universo. Ser consciente de ello hace posible sintonizar estas vibraciones con el estado mental que uno desee. Esa es la razón por la que he incluido la meditación Om en el proceso de la manifestación. Repetir el sonido Om por la noche sintoniza a la persona con un estado superior de conciencia y con la gratitud por todo lo que se ha manifestado en su vida. Estará entonces en sincronía con su entorno más inmediato.

Repetir este sonido como un mantra de gratitud es una de las sensaciones más gozosas que podrás experimentar jamás, y te hará estar en armonía con tu entorno en lugar enfrentarte a él. Te sentirás fuertemente conectado con tu vida, en lugar de experimentar la necesidad de controlar que fomenta tu ego.

Utilizar el sonido Om es una forma de vincularte con todo lo que se manifiesta en tu vida, en la forma que sea. Te ayuda a crear un remanso de paz y te ayuda a identificarte con el principio de la manifestación. Tendrás la sensación de estar finalmente en el mismo equipo que Dios, en lugar de mantener con él una relación de jefe y empleado. Tu capacidad para practicar la meditación del Om con regularidad te ayudará a valorar lo que estás manifestando y te permitirá sentirte espiritualmente conectado.

Durante la meditación el sonido Om también se centra en el chakra del tercer ojo. Proyecta la energía del agradecimiento desde este chakra y sentirás una abertura en el tercer ojo. Extiende entonces tu energía etérea vibrante al sonido de todo lo que hay en el mundo físico, a través de la abertura imaginaria situada en la zona del tercer ojo. Al pronunciar este sonido y familiarizarte con él, te fundirás con la alegría que va asociada con él. Te sentirás más ligero, más fresco y más conectado con todo lo que hay en tu mundo y todo lo que se ha manifestado para ti. 

En este punto, espero que ya seas consciente de la importancia y la necesidad de utilizar la meditación Om por la noche, y la meditación de la manifestación aaah por la mañana. Estos dos sonidos, utilizados diariamente, preferiblemente por la mañana y por la noche, constituyen la base para que te hagas adepto a conectarte con aquello que deseas y para que comprendas totalmente el mensaje de este libro, que es que manifiestes tus propios deseos y tu destino.

Ni siquiera se me ocurriría ponerme a escribir sin haber dedicado antes veinte o treinta minutos a la meditación del aaah. Es durante ese tiempo cuando acumulo la energía de la creación, repitiendo continuamente el sonido aaah de gozosa creación. Luego, por la noche, una vez que he terminado mi trabajo del día, realizo la meditación de la gratitud, empleando para ello el sonido Om, que es el de todo lo que he creado en mi máquina de escribir durante el transcurso del día.

Este sencillo ritual me sitúa en un estado de gracia, y me aporta la certeza interior de estar en relación con la fuerza creativa divina del universo, y de que me siento profusamente agradecido por disfrutar de esta relación divina. Es lo que yo denomino la relación sagrada. Sin ella, sería incapaz de manifestar ni este ni ningún otro libro.

Una vez que hayas comprendido estos dos sonidos y que conozcas el poder de las vibraciones, querrás poner en práctica esta nueva conciencia. En la siguiente sección encontrarás una explicación detallada de cómo efectuar exactamente las meditaciones de la manifestación de una forma diaria.

LA PRÁCTICA DE MEDITAR PARA LA MANIFESTACIÓN

Manifestar y meditar no son cosas que puedan ir separadas. Son como la cresta y la base de la ola, separadas y distintas la una de la otra, pero siempre juntas. No puedes hacerte adepto a manifestar los deseos de tu corazón si no estás dispuesto a dedicar tiempo a la práctica de la meditación.

La meditación es, simplemente, el acto de permanecer tranquilo, con uno mismo, y apagar el constante monólogo que llena el espacio interior de tu ser. Supone detener el constante bombardeo de pensamientos y la cháchara aparentemente interminable que llena tu mundo interior. Ese ruido interior es como un escudo que te impide conocer tu yo superior.

Practicar la meditación sana es una forma útil de lograr el silencio interior y de eliminar las influencias de la cháchara constante que es producida en buena parte por el ego. La atención de la mente se aleja de los millones de pensamientos diseminados y se centra en la conciencia del sonido mismo. El sonido sirve como un mantra, te mantiene centrado y silencia la cháchara.

Los mejores momentos para meditar utilizando esta técnica de la manifestación de los sonidos repetitivos son a la salida y a la puesta del sol. Si no estás acostumbrado a levantarte a la salida del sol, o antes, haz un esfuerzo por establecer esta disciplina durante un período de prueba de noventa días. Si eso te fuera imposible, utiliza el momento en que te despiertes para la meditación del aaah. No obstante, te animo a desafiar cualquier creencia condicionada y preestablecida que puedas abrigar relativa a tu capacidad para levantarte antes de la salida del sol para practicar la meditación de la manifestación. Tus convicciones sobre la necesidad de un cierto número de horas de sueño, o sobre tu incapacidad de levantarte de la cama, o de atesorar el sueño más que ninguna otra cosa, o cualquier otra razón similar, son el resultado de tus condicionamientos, y a menudo no representan más que excusas.

Lo que quieres es convertirte en una persona disciplinada. A primeras horas de la mañana, y particularmente antes de la salida del sol, es el mejor momento del día para despertarse. El silencio permite sentirse cerca de Dios. Es el momento en que tu mente y tu corazón se sienten más claros y están menos distraídos. Puedes percibir la energía de la curación y las soluciones en el silencio de primeras horas de la mañana, sobre todo entre las tres y las seis de la madrugada. Utiliza cosas específicas para animarte a despertarte durante estas horas, sabiendo que el tiempo empleado en una meditación de la manifestación te proporcionará mucho más descanso que unas horas más de sueño.

El sol es una gigantesca fuente de energía para nuestro planeta y todo lo que crece en él. Cuando empieza a salir, por la mañana, la energía que rompe la oscuridad es la más intensa. Es el momento ideal para empezar tu meditación de la manifestación. Te recomiendo buscar un lugar cómodo donde sentarte, sin necesidad de adoptar ninguna postura o posición concreta. La postura perfecta es aquella en la que te sientas más relajado y en paz. Si fuera posible, es aconsejable hacerlo al aire libre, aunque esto no es en modo alguno una exigencia. Junta suavemente los dedos índice y pulgar de cada mano. Cierra los ojos y dedica aproximadamente veinte minutos a esta práctica matinal.

Efectúa unas pocas respiraciones profundas y prolongadas, consciente de la pauta de tu respiración y de lo que experimentas cuando se llenan tus pulmones. Dirige luego la atención hacia el chakra raíz o base (el centro del sexo), y desplázala por el pasaje entre el chakra raíz y el chakra del tercer ojo. Piensa en él como en un canal que ha quedado obturado, y piensa en el espacio del tercer ojo como una abertura que ha permanecido sellada durante mucho tiempo, y que ahora te dispones a abrir con tu energía etérea interna. Respira ahora más profunda y prolongadamente, llenándote los pulmones y, al exhalar el aliento pronuncia en voz alta el sonido de aaah, poniendo en ello tanta emoción y volumen como puedas.

Centra tu atención en despejar el canal con este sonido de aaah. Mientras practicas la meditación del aaah, añade a tu imagen mental aquello que te gustaría crear o manifestar, desvinculándote por completo de cómo aparecerá en tu vida. (En el octavo principio he explicado con detalle la importancia de no plantear demandas acerca del cómo.) Lo que debes hacer es centrar la atención en la sensación que experimentarás cuando ese deseo se manifieste en el mundo concreto de tu vida.

Mientras meditas durante aproximadamente veinte minutos al principio del día, repite durante todo el tiempo el sonido aaah como un mantra. No obstante, hazlo únicamente en voz alta y con emoción durante aproximadamente el primer tercio del tiempo. Dirige tu atención arriba y abajo del pasaje entre el chakra raíz y el chakra del tercer ojo, utilizando el sonido de aaah. Luego, centra la atención en el tercer chakra. Ahora vas a abrir el tercer ojo.

Con la energía interna que experimentas por el sonido de la creación que resuena dentro de ti, abre el tercer ojo en tu imagen mental y lanza la fuerza creativa a través de él hacia el mundo de la forma. Imagina que se libera de tu interior y se extiende hasta tal punto que rodea el mundo y los objetos que deseas. Puedes confiar plenamente en que esta energía conectará con la energía universal que es la fuerza de Dios, y que esta enviará el objeto de tu deseo a tu mundo inmediato. Esto debe hacerse de acuerdo con los nueve principios de la manifestación que se explican en este libro, lo que significa tener ausencia de duda, una confianza completa, un amor incondicional y saber que este poder de atracción está dentro de uno y en todas las cosas.

Gradualmente, empezarás a experimentar una sensación abrumadora de bienaventuranza y paz en el sonido de la creación. Luego sentirás la necesidad de bajar el volumen. Durante aproximadamente el siguiente tercio de la meditación matinal pronuncia el sonido aaah cada vez con mayor suavidad. Mantén centrada la atención sobre el tercer ojo, que ahora está abierto y envía esta energía creativa, y sobre la sensación de que tu deseo se está manifestando. Si te sientes distraído o tu atención se desplaza, regresa al tercer ojo y a la sensación de la manifestación que se materializa para ti. Recuerda que no estás pidiendo nada, que no te estás diciendo a Dios cómo realizar este trabajo, estás experimentando, en el tercer ojo, la fuerte sensación de saber, y la bendición de este sonido repetido de una forma cada vez más tranquila.

Durante el último tercio de tu meditación matinal, repite el sonido de aaah para ti mismo, en silencio, como un mantra, y mantén la atención centrada en el tercer ojo y en la gloriosa sensación de gratitud que ya estás experimentando por aquello que vaya a manifestarse en tu vida. Una vez que hayas dedicado aproximadamente de veinte a treinta minutos a esta meditación de la manifestación, habrás terminado con tu sesión matinal.

Los objetos de tu deseo pueden ser ilimitados y abarcar toda la gama de la potencialidad humana. Algunas personas han utilizado esta meditación para manifestar paz para sí mismas y aquellas personas que aman, para centrarse en una curación o para encontrar una pareja. Otras la han utilizado para cuestiones tales como vender una casa, conseguir un ascenso en el trabajo, superar una adicción, atraer dinero o lo que sea. Las posibilidades son ilimitadas. He recibido cientos de cartas de personas que describen el éxito que han tenido con la práctica de esta meditación, cuando utilizan los nueve principios con integridad.

Si has llegado en tu lectura hasta este punto, has demostrado tu interés por aprender a convertirte en un manifestador espiritual. Si sabes que el poder para manifestar está dentro de ti, realiza cada mañana esta antigua práctica de repetir el nombre de Dios en un ritual similar al de un cántico, con la atención centrada en la sensación y en el tercer ojo. Lo que estás haciendo en realidad con la meditación aaah matinal es resonar con las palabras «En el principio existía la Palabra y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios». El acto de la manifestación es el principio de algo que está siendo creado en tu vida. La palabra es Dios, que es como decir que el sonido aaah es el sonido de Dios.

El mejor momento para la meditación nocturna es a la puesta del sol. Una vez más, cuando el sol se pone por debajo del horizonte hay una expresión de energía, similar a una corona, que es más grande precisamente en el momento en que el sol abandona el horizonte y en los minutos inmediatamente posteriores a su desaparición. Practica ahora el sonido Om, que es la meditación de la gratitud. He detallado este principio de gratitud en el noveno y último principio explicado en este libro.

En resumen, la práctica es idéntica a la meditación de la mañana, con la excepción de que ahora no pides que se manifieste nada. En lugar de eso, al final de la jornada, o al retirarte a descansar, te limitas a dar gracias a la inteligencia universal que llamamos Dios por todo lo que ha manifestado en tu vida. Respira profundamente varias veces, tal como hiciste por la mañana, despeja el canal entre el chakra base y el chakra del tercer ojo, y forma mentalmente la imagen de todo lo que has recibido, para proyectar luego esa energía desde la abertura del tercer ojo. Estás expulsando hacia el universo, que se encuentra más allá de tu cuerpo físico, energía de gratitud, utilizando para ello las afirmaciones que he incluido en el noveno principio. 

El sonido Om se pronuncia en voz alta durante el primer tercio de la meditación para ir bajando gradualmente y finalmente hacerse en silencio, siempre con la atención centrada en el tercer ojo y sintiendo que la energía regresa a la fuente universal de energía que llamamos Dios. El sonido Om pertenece al mundo material. Es el sonido que nos hace sentirnos más en nuestro hogar aquí, en el mundo material, puesto que es el sonido esencial de toda experiencia en este mundo fenomenológico. Al repetir este sonido te encuentras en armonía con tu entorno.

La parte final de estas meditaciones es el último sonido que escuchas antes de irse a dormir cada noche. El primer sonido que escuchas por la mañana es generalmente el de aaah. Es el sonido que haces cuando bostezas o te desperezas. Se consciente de este primer sonido y está dispuesto a reconocerlo como tu propia frecuencia vibratoria del nuevo día que estás manifestando. No obstante, el sonido final que escuchas dentro de ti mismo al irte a dormir puede ser una combinación de los dos sonidos, el aaah y el Om.

Quizá recuerdes que antes definí la iluminación como la capacidad para estar inmerso en la paz y rodeado por ésta. «Paz» es aquí la palabra clave. No es ninguna casualidad que los sonidos aaah y Om, combinados, traduzcan precisamente la palabra que significa paz o iluminación, como en Shalom, Shaaah... loom. El sonido de aquello que deseas manifestar y de lo que ya ha sido manifestado, equivalen a paz. Al pronunciar estos dos sonidos para ti mismo cuando te dispones a dormir, estás iniciando el acto de la conciencia siddhi iluminada. Formas entonces una unidad con todo lo que es pacífico y todo aquello que se nos ofrece. Tampoco es ninguna casualidad que el sonido fundamental de la alegría espiritual sea el de aaah en aleluya, y es el que se encuentra en la palabra que termina todas las oraciones, «amén».

Concluye así la práctica de la meditación para aprender a vibrar con el sonido de crear y de la creación. Forma parte del saber de la humanidad, y se está recuperando, a medida que avanzamos en la revolución espiritual, y mostrando las numerosas bendiciones que puede aportar a nuestras vidas. Prueba esta gloriosa práctica, pacífica, de meditación iluminada de la manifestación durante un período de tres meses, utilizando cada uno de los nueve principios explicados en este libro, y comprueba si experimentas los deseos de tu corazón, sin haber planteado ninguna exigencia o regla a la fuerza universal que es Dios. La disposición de permitir que se manifiesta a su entera voluntad, de permitir que la creación se revele a sí misma, constituye el tema del octavo principio de la manifestación. Aleluya. Shalom.


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