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NAMASTÉ!!!

"Te advierto, quien quieras que fueres, ¡Oh! Tú que deseas sondear los arcanos de la naturaleza, que si no hallas dentro de ti mismo aquello que buscas, tampoco podrás hallarlo fuera. Si tú ignoras las excelencias de tu propia casa, ¿cómo pretendes encontrar otras excelencias? En ti se halla oculto el Tesoro de los Tesoros ¡Oh! Hombre, conócete a ti mismo y conocerás el universo y a los Dioses." ORACULO DE DELFOS

lunes, 23 de octubre de 2017

Chistes para adultos


¡MARAVILLOSA Semana!!!


-¡Querida -declara un hombre de negocios en plena ruina-, tengo una idea genial para ahorrar!  ¡Aprende a cocinar y podremos despedir a la sirvienta!
-¡Yo tengo una idea aún mejor! -responde la esposa-o ¡Aprende a hacer el amor y así podremos despedir al chófer!

Cuando vivimos en pareja y criticamos a nuestro compañero, indefectiblemente éste nos critica también. En el amor, tan pronto como el otro no nos satisface, tampoco nosotros le satisfacemos. El verdadero amor es certeza pura. No tiene cabida la menor crítica. Si ésta surge, es mutua. Es imposible que seamos un príncipe o una princesa y el otro una rana o un sapo. Creer eso es una añagaza. La pareja es una asociación de dos cómplices.

La mejor manera de saber si el otro nos ama es preguntarnos a nosotros mismos si le amamos. Hay personas que no paran de decir «No consigo formar una pareja. Nadie me quiere». Pero de hecho lo que están diciendo es «No amo a nadie.

Son egoístas: van a venir a utilizarme, a pervertirme, a hacerme sufrir. Me conviene la soledad». Y por eso se quedan solas. En cuanto estén disponibles para el otro, dispuestas a amarlo, con toda seguridad el otro aparece.

-Por favor -pregunta un señor a un farmacéutico-, ¿tiene preservativos con rayas amarillas y negras?
-Pues no... Además, ¿qué pregunta rara es ésa? ¿Para qué van a servirle unos preservativos así?
-Verá, soy el criado de una señora burguesa. Incluso cuando me invita a hacerle el amor, espera que no me olvide de mi condición.

¿No impedimos muchas veces nosotros mismos a quienes amamos ponerse a nuestro nivel? ¿Acaso nos han permitido nuestros padres ponernos a su altura para favorecer así la comunicación en un plano de igualdad? ¿Hemos tenido oportunidad de luchar contra nuestro progenitor y arrojarle al suelo? ¿Nuestra madre, tras haber cometido el error de darnos un cachete, nos lo ha reconocido y nos ha pedido que le devolviéramos la bofetada? ¿Se nos ha dado nuestra parte de la herencia en el momento oportuno, es decir, cuando aún podíamos tener el placer de disfrutar de ella, o hemos estado esperando esta herencia toda nuestra vida, sin poder aprovecharla cuando finalmente nos ha sido legada?

Hay parejas en las que uno de los miembros impide al otro cambiar para no tener que hacerlo él mismo.

Si el criado hace el amor con el falo desnudo, accede a un nivel superior. El acto se convierte en una relación de reconocimiento mutuo. Por el contrario, mientras utilice los preservativos con rayas amarillas y negras, vive en una relación en la que no es reconocido. En este mundo dirigido exclusivamente por los hombres, ¿cuántas son las parejas que llegan a vivir su relación en pie de igualdad?

De repente, una muchacha advierte al joven con el que sale por primera vez:
-Mi madre me ha hecho jurar que respondería enérgicamente con un «No» a todo lo que me propongas.
-Muy bien. ¿Pondrías alguna objeción a que te follara?
-No.

El joven ha aprovechado la orden de la madre para obtener lo que quería. Se podría llamar a esto «trampa sagrada». El engaño, como la verdad, puede ser benéfico.

Unos padres querían ayudar a su hija pagando sus estudios, sin que por ello se sintiera
demasiado dependiente. Le dijeron:
-Podemos correr con los gastos pues, gracias a ti, pagamos menos impuestos. ¡Así que no es ningún problema, y la idea de que esto nos convenga fiscalmente debería liberarte de todo escrúpulo con respecto a nosotros!
La muchacha sintió un gran alivio. 

Astutamente, sus padres la ayudaron a estudiar sin dar muestras de que la ayudaban... 
Hay dañinas mentiras egoístas y hay mentiras sagradas que permiten ayudar a los otros.

Un sultán pasa la velada en su harén de trescientas mujeres. Mientras observa a una danzarina y escucha su música favorita, susurra al oído a la concubina más próxima:
-Tus cabellos son como la luna del desierto. Tus ojos son como dos luceros. Tus caderas son como un oasis. Tus labios son como la fuente fresca que mana en las dunas de arena. ¡Pásaselo a la que tienes aliado!

Este sultán cree que haciendo la corte a una sola hembra quedarán todas seducidas. Se ahorra así mucho trabajo, pero el error consiste en que no ve la diferencia que existe entre una mujer y otra. Si utiliza el mismo sistema para todas, el placer no puede existir en ese harén.

Se cometen errores enormes al pensar que lo que se dice a una persona íntimamente puede hacerse extensivo a dos, cuatro, veinte o más. El mensaje que se transmite a una no es el mismo que recibiría otra. Cada individuo escucha de manera particular.

Gurdjieff, entre otros, tenía como discípulos a dos grandes poetas: Luc Dietrich y René Daumal.  A Dietrich le ordenó que hiciera el amor con una mujer distinta cada día, pero que no fuese prostituta, durante un año. A Daumalle pidió que lo hiciera una sola vez durante ese mismo año. Ambos se esforzaron por cumplir estos actos que podríamos llamar de psicomagia. A uno le hizo bien luchar por reprimir sus deseos, el otro debió batallar para llevar cada día a su cama a una desconocida..: Lo que un maestro nos dice en particular no tiene por qué ser válido para otra persona. Debemos ser conscientes de que cada ser es distinto, de que unas mismas palabras resultan diferentes en otros oídos.

-Hace tres días que desapareció mi mujer -declara un hombre que acaba de llegar precipitadamente a la comisaría-o ¡Deben encontrarla! Ésta es su foto. ¡Búsquenla!
-¿Por qué? -pregunta, a modo de respuesta, el agente.

Después de reflexionar, a este hombre le satisface la desaparición de su mujer, para él «fea». El agente es la parte oculta de su personalidad. Creemos sufrir mucho cuando alguien nos abandona, pero en verdad somos nosotros quienes lo hemos expulsado. O también podría ser que no hayan visto a su cónyuge en veinte años de vida en común... Nunca se han comunicado en el nivel que les corresponde. Ninguna escucha verdadera, ninguna conversación profunda. Espiritualmente no han creado nada juntos. Para ambos, esta separación que les parece una tragedia, es lo mejor que ha podido ocurrirles. Juntos no iban a ninguna parte. A veces, ciertas pérdidas, ciertos rechazos, son oportunidades benditas. En el caso de que amemos a alguien, si nos dice «Sí» es una oportunidad; si nos dice «No», es también una oportunidad.

A veces tenemos que perder una parte de nuestro organismo a causa de una grave enfermedad, o sufrir la muerte de un ser querido, para, finalmente, encontrarnos.

Si una mujer le pregunta al tarólogo: «¿Voy a encontrar un hombre?», la respuesta correcta es: «El Tarot no ve el futuro.

No te puedo decir si lo vas a encontrar, pero puedo decirte por qué no lo encuentras». Y si ella insiste: «He perdido mi sexualidad, ¿cómo puedo recuperarla?», el tarólogo puede responderle: «Afirmas que has perdido tu sexualidad. Hablas de ésta como si fuera una cosa que poseyeras. Es como si dijeras: "He perdido mi bolso". El bolso te pertenece pero no eres tú. La sexualidad no es una posesión individual.

Funciona cuando el otro está presente (salvo que se trate de una masturbación, aunque incluso en este caso hay un fantasma, y por lo tanto el otro también interviene). Cuando quien puede satisfacerte no está presente, no se tiene sexualidad.

Entonces hibernas, puedes permanecer inapetente uno, dos, diez años, pero un día, de repente, aparece frente a ti el ser que te hace vibrar y, en un segundo, el deseo te inunda».

Cuando el marido entra de improviso en el cuarto de su mujer, el detective privado se incorpora y, saltando de la cama, dice:
-Señor, finalmente tengo la prueba de que su esposa lo engaña.

Muchas historias mitológicas cuentan lo mismo: el héroe comienza una investigación para terminar dándose cuenta de que él mismo es el objetivo de ella. Ha creído investigar cuando, en el fondo, el indagado ha sido él en lo más profundo de sí mismo. Creía perseguir la verdad, cuando sólo estaba escapando de ella.

Giramos y giramos alrededor de una ilusoria finalidad; en realidad el Yo esencial nos persigue y nosotros huimos. Llegar a la realidad es llegar a nosotros mismos.

Con la ropa hecha jirones, una mujer de setenta y muchos años de edad se presenta en la comisaría de policía y expone:
-Para regresar a mi casa debo cruzar un bosque desierto. Esta tarde, de repente, me topé con un joven sátiro. Corrí y corrí y corrí...
- . . . y por lo que veo, logró usted alcanzarlo -replica el comisario.

Pongámonos en el lugar del joven sátiro (el Yo personal). Pensemos que cree estar persiguiendo, con dificultad inmensa, su realización (encarnada por la anciana, el Yo esencial). Lo que sucede en verdad es que su Yo esencial, puente que lo conduce al Dios interior, es el que lo está persiguiendo, y él quien está escapando. Cuando en el ámbito de la Consciencia creemos buscar, somos nosotros los buscados. El ocultista francés de comienzos del siglo XX Maitre Philippe dijo: «La caza está prohibida. La pesca está permitida».

La felicidad de dejar de buscar para comenzar a encontrar, aunada a la angustia de dejar pasar, por falta de atención, la oportunidad de recibir al Dios interior, se describe sutilmente en un cuento sufí:

Mulá Nasrudín consulta a un médico:
-¡Doctor, tengo un problema terrible!
-¿Ah, sí? ¿Qué le sucede?
-Mi mujer habla dormida, toda la noche. Ya no sé qué hacer. 
-Será fácil: tráigame a su mujer para que yo la cure.
-Pero no, doctor. No quiero que usted cure a mi mujer. Quiero que me cure a mí. Cada noche ella dice cosas sublimes, pero yo desgraciadamente acabo durmiéndome. Deme un remedio para quedarme despierto la noche entera, escuchándola.

Cabaret Místico
Alejandro JORODOWSKY
¡N A M A S T E!!!

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